¿No Hay amor para mi?

Capítulo 2: Encuentro en la Penumbra

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Capítulo 2: Encuentro en la Penumbra

El teléfono sonó estridente en la habitación de Álex como un grito de advertencia en la noche. Con un suspiro resignado, se levantó para contestar, anticipando que probablemente sería su madre. Y así era. La voz cansada y débil de ella le informó sin rodeos que estaba enferma y necesitaba verlo. A pesar de todo, Álex sabía que no podía ignorar el llamado de su progenitora, por más difícil que hubiera sido su relación.

La noticia lo golpeó con una mezcla de emociones encontradas. A lo largo de su vida, había aprendido a esconder bajo una máscara de indiferencia un torbellino de sentimientos; una armadura forjada por los duros embates de su infancia. Su madre, una figura autoritaria y opresiva, le había negado la posibilidad de explorar su pasión por el arte, obligándolo a reprimir sus anhelos creativos.

Sin embargo, algo en esa llamada despertó una sensación latente en su pecho, un nudo de nostalgia y esperanza entrelazados. Ese mismo presentimiento que lo hacía girar la mirada en busca de algo que no podía definir. Y era en medio de esa nebulosa de emociones que un recuerdo difuso intentaba abrirse paso en su mente.

En la penumbra de sus recuerdos, Álex vislumbró una figura familiar, una presencia borrosa pero reconfortante:- Sofía. No era la primera vez que su mente se tropezaba con la idea de que sus destinos estuvieran entrelazados más allá de esta vida. Un destello de complicidad, una conexión atemporal que desafiaba cualquier lógica mundana.

Álex se preparaba para salir cuando sonó su otro teléfono. Mark, su amigo de toda la vida, estaba al otro lado de la línea:
-"Hey, ¿qué tal, compañero? Escuché lo de tu mamá. ¿Quieres que te acompañe? Podemos ir juntos y luego pasamos a tomar un café o algo, ¿te parece?".

Álex sonrió al escuchar la voz amistosa de Mark.

- "¡Claro, sería genial! ¡Vamos a hacer eso! Necesitaré tu ayuda para sobrellevar la tensión familiar y tu compañía siempre es bienvenida. ¡Gracias, amigo!".

- Sabes que siempre cuentas conmigo eres como un hermano

- Álex y Mark emprendieron el viaje hacia la casa de la madre de Álex, compartiendo risas, anécdotas del pasado y planeando qué café probarían después de la visita. La calidez de la amistad y el simple acto de estar juntos hacían más llevadera la difícil situación de Álex.

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