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El día anterior Geto pensó en comprarle algo a Gojo, un regalo, algo bonito, sencillo y significativo. Al día siguiente se despertó temprano para ir en busca del regalo, pronto encontró lo que quería. Luego fue directo con Gojo quien ya se había levantado hace rato, él y Geto se saludaron normalmente como todos los días, luego

Geto, con el corazón latiéndole en el pecho, extendió cuidadosamente su regalo hacia Gojo. Era una pulsera de plata, simple pero elegante con un pequeño dije con forma de dos círculos entrelazados, lo cual para él significaba la unión y fuerza de su amistad. Sabía que a Gojo le gustaban las cosas sencillas pero significativas.

Los ojos de Gojo brillaron con sorpresa al tomar la pulsera. Un rubor tiñó sus mejillas mientras la examinaba con cuidado, pasando sus dedos por la superficie lisa de la plata.
──"Geto, es... hermosa"─
Susurró, sin poder apartar la mirada del regalo

Antes de que Geto pudiera reaccionar, Gojo se abalanzó sobre él, envolviéndolo en un abrazo fuerte y lleno de emoción.
──"Me encanta"─
Dijo contra su hombro, su voz se encontraba llena de una alegría que caló hondo en el corazón de Geto.

Geto se quedó rígido por un segundo, sorprendido por la intensidad del abrazo, pero pronto se relajó, correspondiendo al gesto con torpeza. Un calor agradable se extendió por su pecho, mezclándose con el rubor que le ardía en las mejillas. Gojo olía a verano, a energía vibrante, un aroma que lo atraía de una forma que no podía explicar.

Más tarde esa noche, decidieron celebrar, dejándose llevar por la energía de un nuevo bar que había abierto en la ciudad. La música retumbaba en sus cuerpos mientras se abrían paso entre la multitud, Gojo irradiando una alegría casi tangible. Geto, usualmente más reservado, se dejaba llevar por la corriente, disfrutando de la noche y de la compañía de Gojo.

De repente, un chico se acercó a Gojo, su sonrisa coqueta brillaba bajo las luces de neón.
──"¿Bailamos?"──
Preguntó, extendiendo una mano hacia él.

Geto sintió un nudo en el estómago al ver la escena. Vio como Gojo dudaba un segundo, sus ojos azules reflejaban un brillo de diversión. Antes de que pudiera responder, Geto se interpuso entre ambos, su mirada estaba fija en el chico.

──"Él está conmigo"─
Declaró con voz firme y fría. El chico lo miró por un segundo, luego se encogió de hombros y se alejó entre la multitud. Geto se giró hacia Gojo con una expresión tensa. ──"¿Estás bien?"─

Gojo lo miró con una sonrisa divertida, sus ojos brillaban con un toque de picardía. ──"Celoso, Geto?"─
Preguntó con un susurro burlón.

Geto abrió la boca para negarlo, pero las palabras se atascaron en su garganta. El rubor en sus mejillas se intensificó bajo la mirada penetrante de Gojo. Gojo, ajeno a la verdadera razón detrás de la reacción de Geto, rió entre dientes, un sonido melodioso que hizo que el corazón de Geto latiera aún más rápido.

──"No te preocupes"─
Dijo Gojo, tomando su mano con delicadeza
──"Solo tengo ojos para ti."─

La noche avanzaba y la música, junto al bullicio del bar, se mezclaban con las risas de Gojo. Geto observaba con una mezcla de diversión y preocupación cómo su amigo se dejaba llevar por la euforia del momento, aceptando trago tras trago ofrecidos por otros clientes. Gojo, normalmente tan controlado, se había convertido en una vorágine de energía alegre, sus ojos azules brillaban con una intensidad inusual, sus movimientos se volvían más espontáneos y desinhibidos.

Geto intentó moderarlo, pero Gojo, con una sonrisa pícara, esquivaba sus intentos de arrebatarle las copas.
──"Vamos, Geto, relájate un poco"─
Insistía, arrastrándolo a la pista de baile. ──"Diviértete conmigo."─

Geto, incapaz de resistirse a la contagiosa alegría de Gojo, se dejó llevar por la música, bailando junto a él hasta que el bar anunció su cierre.

Para ese entonces, Gojo estaba visiblemente ebrio. Se tambaleaba ligeramente al caminar, sus palabras se arrastraban con un deje cantarín, y su risa resonaba con una libertad que Geto rara vez veía.

──"Vamos, Gojo,"─
Dijo Geto, tomándolo del brazo para estabilizarlo.
──"Te llevaré a casa."─

El camino hacia la casa de Gojo estuvo lleno de risas tambaleantes y pasos en falso. Geto sujetaba con fuerza el brazo de su amigo, asegurándose de que no tropezara mientras Gojo balbuceaba anécdotas sin sentido y divagaciones sobre la naturaleza del infinito.

Al llegar a la puerta de entrada, Gojo se apoyó en el marco, su mirada borrosa se encontraba fija en Geto.
──"Gracias por traerme, Geto"──
Murmuró con una voz inusualmente ronca.

Geto asintió, su corazón latía con fuerza. ──"Descansa, Gojo"─
Dijo, sintiendo una punzada de ternura por la vulnerabilidad que su amigo mostraba en ese estado.

En ese momento, Gojo, impulsado por un impulso repentino e inexplicable, se inclinó hacia adelante y besó a Geto. Sus labios se encontraron con los de Geto en un gesto fugaz, pero cargado de una emoción que lo dejó paralizado.

Gojo se apartó, una sonrisa soñolienta se encontraba en sus labios.
──"Buenas noches, Geto y, gracias por el regalo"─
Susurró antes de girar sobre sus talones y entrar a su casa, cerrando la puerta tras él.

Geto se quedó allí, de pie en la entrada, con la mano aún suspendida en el aire como si todavía sintiera la presión de los labios de Gojo. El rubor le subió por el cuello, inundando su rostro, mientras su mente intentaba procesar lo que acababa de suceder. El beso, inesperado y embriagador, lo había dejado completamente atónito.

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⏰ Última actualización: May 19 ⏰

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LA LLUVIA SUSURRABA TE QUIERO /𝙎𝘼𝙏𝙊𝙎𝙐𝙂𝙐/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora