Desde muy chica tenía un sueño recurrente, y era que entraba a un kiosko y me afanaba todos los chocolates y galletitas dulces que podía, pero al momento de moder una, me despertaba!
Qué impotencia que me daba!!! Y siempre era lo mismo, justo antes de disfrutar el bocado, me despertaba!Pero ese sueño un día se volvió realidad. Tenía 21 años, estaba de novia con mi actual esposo, mi suegro nos prestó su combi vieja y nos fuimos con toda la barra de amigos a la playa de nuestra zona. Un día hermoso de verano y bien soleado.
Llegamos al camping, no había nadie, todavía no había abierto la temporada así que todavía no había nadie en la garita de entrada para cobrarnos, golazo!
Nos instalamos, nos bañamos, comimos, todo iba bien hasta que nos empezó a dar mucha sed y ya se nos habían terminado los líquidos que habíamos llevado.Al atardecer fuimos al único kiosko del lugar pero nos dimos con la sorpresa que estaba cerrado!!, nos queríamos morir, pero enseguida se nos ocurrió (creo que fui yo la de la idea, ja!), palanquear los postigos bien cerrados de ese kiosko. Todos estábamos con la adrenalina a full y empezamos a forcejear y palanquear las chapas a como dé lugar.
Lo logramos!!! Pudimos abrir uno de esos postigos entre todos, mientras unos la tenían fuerte, otros nos metíamos por el hueco de la ventana al interior del kiosko.
Yo estaba literalmente en extasis! Mis ojos se fueron directo a una caja grande llena de chocolates Tita, una bolsa de caramelos y un paquete de yerba. Buscaba más chocolates pero no había más, no importaba! Yo ya me sentía dentro de un sueño y esta vez no iba a despertar.
El resto mientras tanto sacaban todas las bebidas que podían. No era cuestión de saquear el kiosko sino simplemente abastecernos de lo necesario. Dejamos sin tocar la caja registradora con plata y una filmadora. Eso no nos interesaba.Nos volvimos a trepar por la ventana para salir y cerramos el kiosko tal cual lo habíamos encontrado y acá no pasó nada dijimos.
Volvimos rápidamente a nuestro pic nic, muertos de risa, tomándonos algunas bebidas de camino y orgullosos de lo que habíamos logrado.
Nos preparamos un balde grande de sangría con todo lo que acabábamos de afanar.
Y de a poco nos empezó a agarrar el miedo de ser descubiertos. La paranoia era cada vez más y con cada auto que veíamos pasar a lo lejos nos hacíamos la película de que venían por nosotros.
Así que decidimos levantar campamento e irnos. Lo hicimos a velocidad del rayo, nadie quería ser atrapado!Esa combi no levantaba más de 50 kilómetros por hora pero el Cunchy lo hizo correr igual. Íbamos sintiendo el alivio a medida que nos alejábamos del lugar. Ya estábamos en la ruta por fin, pero de pronto escuchamos y vemos a un policía venir, el cagazo que nos dio fue inexplicable, entramos a tirar la prueba del delito, osea las botellas de las bebidas afanadas, por las ventanas de la camioneta. Estábamos tan perseguidos por nuestras consciencias que ya creíamos que nos iba a parar la policía.
La policía pasó de largo!!! A respirar nuevamente. Pero a la camioneta vieja la habíamos exigido tanto que empezó a recalentar. Nos bajamos todos al costado de la ruta y a esperar que se enfríe.Nos relajamos y nos mirábamos riéndonos uno de los otros, estábamos quemados por el sol y como si no fuera suficiente, una avispa me picó en la cara dejándome adolorida y deforme.
Barro en la picadura y a seguir viaje pero ahora lento porque sino nos quedábamos a pata y todavía faltaban algunos kilómetros para llegar a casa. Y lo logramos! llegamos sin que nadie nos descubra, hasta el día de hoy...Eso sí, con la gran satisfacción de haber hecho "Mi sueño realidad"