CAPÍTULO 1

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Llegué a Camelot, mi nuevo hogar, después de un largo y agotador viaje. Al bajar del auto, le agradecí al conductor con sinceridad y contemplé el frío paisaje que me rodeaba. Las imponentes casas me deslumbraron, pero sabía que mi propia morada, la casa familiar, sería un reto.

Entré con cautela, consciente de que llevaba años abandonada. El polvo y la oscuridad me recibieron, recordándome que tendría que trabajar duro para convertir este lugar en un hogar acogedor. Aunque la tarea parecía abrumadora, me armé de valor y comencé a limpiar.

Mientras recorría las habitaciones, los recuerdos de mis padres inundaron mi mente. Solían estar a mi lado en momentos como este, pero ahora solo quedaba su ausencia. Sin embargo, su legado de fortaleza y determinación me impulsaba a seguir adelante.

Con cada mueble que movía y cada ventana que abría, sentía que la casa cobraba vida de nuevo. La soledad, mi compañera constante, se transformaba en una sensación de independencia y libertad. Comprendí que este nuevo comienzo era una oportunidad para crecer, para crear mi propio espacio y mi propio camino.

Después de horas de arduo trabajo, finalmente pude ver los primeros resultados. Una habitación limpia y ordenada, lista para ser habitada. Me senté en el suelo, exhausta pero satisfecha, y miré a mi alrededor con una sonrisa en el rostro.
Se estaba haciendo de noche y fui a encender las luces.

Ush

NO HAY ELECTRICIDAD.

Tras comprobar que no era un problema aislado, decidí buscar ayuda en la comunidad. Salí de casa y me dirigí a la vivienda de un vecino en busca de orientación y soluciones.

Al tocar la puerta, una señora abrió bruscamente. "¿Qué quieres?", me preguntó con un tono desabrido.

"Disculpe, soy la nueva vecina de la casa familiar. Parece que no tengo electricidad, ¿sabe a quién debo contactar para solucionarlo?", pregunté con cortesía.

La señora me miró con desdén y respondió: "No sé de qué me hablas. No es asunto mío". Y con eso, me cerró la puerta en la cara.

Sorprendida por la reacción, me quedé unos segundos procesando lo sucedido antes de decidir buscar ayuda en otro lugar. "Bueno, supongo que no todos son amistosos aquí", pensé para mí misma.

Estoy cansada.

Después de mi encuentro con la vecina poco amistosa (BRUJA), decidí no dejarme desanimar y continuar buscando ayuda, pero si se atreve alguien más a hacerme eso soy capaz de lanzarles piedras a su casa.

Ok no XD

Me encaminé hacia otra casa, esperando encontrar a alguien más receptivo.

Al tocar la puerta, un hombre amable me recibió con una sonrisa. "¿Hola? ¿Puedo ayudarte en algo?", preguntó.

"Sí, gracias. Soy la nueva vecina de la casa familiar y no tengo electricidad. ¿Sabe a quién debo contactar para solucionarlo?", le expliqué con cortesía.

"Ah, sí. Puedes llamar a la compañía eléctrica local. Te dejo el número de contacto. También te recomiendo que consultes a un electricista, la casa necesita algunas reparaciones", me dijo con amabilidad mientras anotaba el número en un papel.

Agradecí sus consejos y me despedí con gratitud. "Muchas gracias por su ayuda. ¡Que tenga un buen día!", le dije antes de regresar a casa.

Una vez allí, busqué el número de la compañía eléctrica y marqué. Después de esperar unos minutos, una voz amable respondió al otro lado de la línea. "Compañía Eléctrica de Camelot, ¿en qué puedo ayudarte?".

"Hola, soy la nueva vecina de la casa familiar. No tengo electricidad en mi hogar, ¿podrían enviar a alguien a revisar?", expliqué.

"Claro, enviaremos a un técnico lo antes posible. ¿Cuál es la dirección?", preguntó la operadora.

Después de proporcionar la información, me sentí aliviada de haber dado el primer paso para resolver el problema. Mientras esperaba la llegada del técnico, decidí aprovechar el tiempo para explorar más a fondo mi nuevo hogar.

Caminé por las habitaciones, admirando los detalles arquitectónicos y la historia que parecía emanar de cada rincón. A pesar de la falta de electricidad y las reparaciones necesarias, sentía que esta casa tenía un encanto especial. Poco a poco, comenzaba a sentirla como mía.

Justo cuando estaba perdida en mis pensamientos, escuché un golpe en la puerta. Al abrirla, me encontré con un hombre vestido con el uniforme de la compañía eléctrica. "¿Señorita? Recibimos una llamada sobre un problema con la electricidad en esta dirección", dijo.

"¡Sí, muchas gracias por venir tan rápido!", respondí con alivio. "Por favor, pase".

El técnico entró y comenzó a inspeccionar los fusibles y cables. Después de unos minutos, se volvió hacia mí con una expresión seria. "Bueno, parece que necesitaremos reemplazar algunos cables y hacer algunas reparaciones. Volveré mañana con mi equipo para empezar a trabajar", me informó.

"Entiendo. Muchas gracias por su ayuda. Estaré aquí esperando", le dije con una sonrisa.

Mientras el técnico se marchaba, me sentí satisfecha de haber dado el primer paso.

...

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⏰ Última actualización: May 20 ⏰

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