Labios Pintados

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Después de salvar al pequeño pueblo y limpiar sus ríos, la gente de aquel pequeño pueblo de la nación del fuego le agradeció a la dama pintada, ósea, katara.

Katara estaba feliz de poder ayudar a ese pueblo, los habitantes no dejaban de darle piropos y muchos agradecimientos, tanto a ella como al resto del equipo avatar.

Al parecer disfrazarse de un espíritu y ayudar a un pueblo tuvo sus ventajas.

Los habitantes del pueblo se la pasaron agradeciendo a katara y al resto del equipo avatar.

Katara con una sonrisa en su rostro, se siente reconfortada por las palabras de agradecimiento del pueblo.

Katara: Estamos felices de haber podido ayudar. Limpiar el río y ver como el pueblo se ve feliz es suficiente para nosotros -dice amablemente-

Sokka: Claro que si nos quieres agradecer con dinero también esta- auch! -recibe un golpe en el estómago de parte de katara-

-Gracias chicos. Su ayuda ha sido invaluable para nosotros. Estamos muy agradecidos de que destruyeran esa fábrica que contaminaba nuestro río y ahuyentaran a esos maestros fuego. -hace una reverencia como agradecimiento-

Aang: No hay de que, nos gusta ayudar -dice con una sonrisa-

Después los 4 chicos regresaron en bote hacia la otra esquina del río, que estaba la pequeña cueva en la que se estaban quedando.

Cuando llegaron a al pequeño muelle, se bajaron con cuidado del barquito.

Sokka: Ya deberíamos volver a la cueva, ya está oscureciendo y debemos descansar para irnos mañana temprano.

Toph: Y a donde iremos? ¡Ya estoy harta de estar ocultándonos! -dice con irritación-

Aang: Lo se toph, yo también, pero tenemos que confiar en sokka para el plan de la invasión, mientras tanto seguiremos ocultándonos.

El equipo avatar camino un poco de aquel muelle hasta la pequeña pero acogedora cueva en donde estaban durmiendo (desgraciadamente) tenían que ocultarse para que nadie supiera que el avatar seguía vivo.

Después de un rato de caminar el equipo avatar por fin llega a su destino, comenzaron a ordenar sus cosas en el pequeño campamento para estar más cómodos.

Pero de un momento a otro ya era de noche, pero los cuatro chicos les dio algo de hambre, y conociendo a sokka, él era el que más hambre tenía, así que se reuso a no cenar algo, por lo que los otros tres chicos aceptaron sin quejarse tanto.

Mientras sokka y toph están peleándose por que se suponía que iban a cenar, katara se alejo lenta y silenciosamente de aquella fogata.

Se dirigió hacia un río cercano y se sentó cuidadosamente en la orilla de aquel río, acercando su cabeza hacia él para poder ver su reflejo en el agua.

Se quito aquel grande sombrero con velo que le había estado costando cargar, para poder así estar más cómoda.

Se quedó un momento viendo su reflejo en el agua, percatándose de que aún tenía aquella pintura en la cara y los labios pintados de rojo.

Sonrió levemente al recordar lo agradecido que estuvo aquel pequeño pueblo con ella, se sintió bastante bien poder ayudar a la gente que lo necesitaba.

A katara le encanta ayudar a los demás, y mucho más a sus amigos, esa era la razón, era una persona de un gran corazón.

Pero había otra razón oculta.

ONE-SHOTS KATAANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora