El Arte De Amarte - BDSM +18 - copia

Capitulo Seis

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Fanfic con contenido SENCIBLE (A//BUSO, VI//OLACION, RELACION CO//ERCIVA, SE//CUES//TRO)para ciertos espectadores .. por lo que si este tipo de contenido no es de tu agrado ..¡ABSTENTE DE LEERLO!


Para una mejor experiencia se recomienda reproducir esta canción mientras se lee el capítulo: November Rain – Guns N’ Roses https://www.youtube.com/watch?v=lRmJZIQfjbo

La vida, tan corta como la palabra misma; aquel camino que recorremos sin detenernos, el mismo que como huella deja un rastro de memorias, buenas o malas, pero que terminan convirtiéndose en experiencias y enseñanzas al final de nuestros días.

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Una infancia bastante tranquila y llena de amor fue la que viví, una infancia donde mis padres sobreprotectoramente inútiles me llenaban de regalos y mucha cafeína. La negligencia era un rasgo en su crianza, pero aun con eso puedo decir que fui un niño feliz, rodeado de amigos y mucho amor.
Un baúl lleno de recuerdos con imágenes mías riendo junto a mis padres en algún cumpleaños o reunión familiar, se abrió en mi mente llenándome de melancolía. La sonrisa de mi madre llena de amor mirándome mientras arropaba mi pequeño cuerpo antes de dormir, era algo que hace tanto no observaba.
Mi padre me cargaba en sus brazos para después lanzarme por los aires sobre las hojas secas de otoño; jugábamos a escondernos entre los juegos del parque, mientras mamá se encargaba de buscarnos a ambos. Siempre perdía en ese ridículo juego, debido a que no podía contener la alegría que esos momentos me daban y mi risa terminaba por delatar mi escondite.
Solo al volver a ver esas imágenes pude recordar que en algún momento de mi vida fui un niño amado por mis padres, pero en un instante toda esa alegría se esfumo. Comencé a caer por un agujero negro mientras veía a mi pequeño cuerpo crecer, dejando de ser aquel niño lleno de cafeína, para convertirme en un tipo tan pequeño y delgado que juega con su culo para obtener dinero.
Aquellos momentos de alegría fueron sustituidos por la tristeza y el miedo, lamentablemente el recuerdo que inundo mi mente en ese instante, fue el de la última vez que pude ver a mi padre.
“Si lo quieres llévatelo, pero perdona mi deuda”, estas fueron las últimas palabras que escuche de sus labios, después de esto le cuestione una y otra vez si de verdad me pensaba entregar a ese mafioso, pero el solo bajo la mirada y no menciono ni una sola palabra.
Mi rabia era tanta, pero la decepción y la tristeza eran más grandes que cualquier enojo que pudiera sentir. Limpie las lágrimas que por mis mejillas se deslizaban, respire lo más hondo que pude hacerlo para después decirle a ese maldito prestamista que le daría su dinero. Un padre de mierda fue lo último que obtuve, en ese momento entendí porque mamá se había ido, pues seguramente también la habría ofrecido a esos imbéciles de no haberlo hecho.
Al llegar a casa tomé mis cosas y hui de sin un peso en mi bolsa y mi cuenta bancaria. Mi refugio fue un albergue para indigentes y después de pedir limosna en una esquina hasta juntar lo suficiente para una habitación de hotel, me encerré en ella para hacer lo único que me daría dinero fácil y rápido.
Deje de ver a esos pervertidos que detrás de esa pantalla se encontraban como personas repugnantes y asquerosas, decidí solo enfocarme en cumplir sus fantasías para así ganar tanto dinero como me fuera posible.
Una tarde mientras vagaba por las calles, uno de esos mafiosos con los que trataba mi padre me encontró y tomándome del brazo me llevo hasta un callejón, según él con el fin de hablar conmigo solamente. Me ofreció un techo a cambio de placer y si era lo suficientemente bueno, hasta un lugar en su burdel podría conseguirme, algo a lo que obviamente me negué y fue en ese momento que todo el mundo termino aplastándome.
Aquel maldito recuerdo que me esforcé tanto por borrar volvió a aparecer, la imagen de ese cerdo sobre mi mientras yo lloraba y pataleaba pidiendo que me dejara en paz me lleno de un terror enorme. Sentía como si estuviera reviviendo nuevamente ese suceso, podía percibir como mis extremidades temblaban, mientras que el peso de aquel bastardo asfixiaba mi pequeño cuerpo.
Sentía como mis pantalones eran bajados y debido al terror que mi cuerpo estaba experimentando fue que desperté de aquel maldito sueño, volviendo así a cerrar aquel baúl de horribles recuerdos.