SHOTS; FODEN +18

shot seven: te amo, adios

Love you goodbye - one direction.

(Relato inspirado en la canción de One direction. Quiero aclarar que no es exactamente igual a la letra de la canción y hay partes que omito como otras que agrego. Ya van a entender cuando lo lean)

Continuación del shot six: aquella noche

Siete meses antes.

"Déjame amarte y decirte adiós".

Phil.

Mis manos temblaban con una fuerza que apenas lograba contener, el miedo se había apoderado de mí de una manera que nunca antes había experimentado. Temía perderte, más que a cualquier otra cosa en el mundo. La angustia se instalaba en mi pecho como un vacío insaciable, y su peso solo desaparecería al sentir tu calor y tu presencia entre mis brazos.

El tiempo parecía haberse detenido, cada segundo transcurría con una lentitud exasperante mientras esperaba tu llegada. Mi mirada se posaba repetidamente en el reloj digital al lado de la televisión. Las nueve de la noche. La espera era interminable, y con cada minuto que pasaba, mi ansiedad crecía.

Nuestras discusiones eran constantes, y últimamente, solo nos deseábamos buenas noches a través de mensajes fríos y vacíos, carentes de la calidez que una vez compartimos. Esta situación era insoportable para mí; no podía permitir que esto continuara. Eres el amor de mi vida. Después de todo lo que habíamos pasado juntos y de cómo nunca te rendiste por mí, no soportaría la idea de perderte.

Debía dejarte claro lo mucho que significas para mí. Recordaba con nostalgia cómo, juntos, habíamos tenido el mundo entero en nuestras manos. Nuestro amor era algo que solo nosotros podíamos entender, algo inexplicable e inolvidable.

De repente, el timbre sonó, resonando en todo el departamento y sacándome de mis pensamientos. Salté del sillón, mi corazón latiendo desbocado mientras me dirigía a la puerta. Tomé el pomo y respiré hondo, tratando de calmarme y prepararme para verte después de una semana cargada de tensión y distanciamiento.

Al abrir la puerta, tu sonrisa iluminó el umbral y, en ese instante, todos mis miedos parecieron desvanecerse. Mis ojos recorrieron cada centímetro de tu cuerpo, sintiendo cómo la locura de amor que sentía por ti se reavivaba con fuerza. Desde el primer momento en que nos cruzamos, aquella mañana laboral en la que nuestros cuerpos chocaron accidentalmente, algo en mí había cambiado. Mi reacción inicial, gritarte alterado, contrastaba con tu actitud despreocupada, mientras tus ojos me observaban con una calma que aún hoy me desarmaba.

Cada vez que te miraba, recordaba cómo comenzamos, cómo ese encuentro fortuito se convirtió en algo tan profundo y significativo. Y en ese momento, supe que no podría dejar que nada ni nadie nos separara. Estaba decidido a luchar por nuestro amor, a demostrarte que, sin importar las adversidades, tú eras, y siempre serías, la persona más importante en mi vida.

—¿Llegué a tiempo? —Tu voz iluminó la tenue luz del departamento, resonando como un bálsamo en la quietud del lugar. Con un leve asentimiento de cabeza, me hice a un lado, permitiéndote pasar. El aroma dulce y refrescante de tu perfume llenó el ambiente, un olor embriagador que me hizo desear correr hacia ti y besarte con todo mi ser. Pero me contuve, luchando contra el impulso.