Fin

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Era un día soleado y el clima estaba agradable; Eijiro se encontraba con su uniforme de preparatoria y con un cambio de look, traía el cabello rojo; estaba parado enfrente de una tumba. La observaba mientras ponía unas flores sobre ella.

—Al fin vine—suspiró—perdón por tardar mucho, pero, no me sentía con valor para venir a verte así...—su voz se quebró.

La razón por la cual tardo años en ir era porque aún no aceptaba que Denki ya no estaba en ese mundo, su padre quien al verlo tan deprimido consiguió el contacto de la madre del rubio.

Así que se lo entrego y en cuanto su hijo estuviera seguro, se pondría en contacto con ella.

Hace unos días que agarro el valor y la contacto; ella lo cito en un lugar y en cuanto se vieron el pelinegro rompió en llanto, ella solo lo abrazó para consolarlo.

Eijiro no dejaba de pedirle perdón, se arrepentía de todo, pero la rubia sabía que no era su culpa.

Así que la madre de Denki le indicó en donde se encontraba la tumba de su difunto hijo. Antes de que ambos se marcharan, la rubia sacó una fotografía y unas cartas que le entregó.

La fotografía era de los días en que estaban en el hospital, casualmente Nejire les había tomado una foto y se la mando a su mamá, así que ese era el único recuerdo que tendría.

Eijiro no quería aceptarla, era mejor que esa fotografía la tuviera ella y no él, pero la rubia insistió por lo cual terminó aceptando.

La primer carta decía:

Hola Eijiro.

Ya pasó 1 semana desde que te fuiste y te extraño cada día, aunque se que tu mamá no quiere que nos volvamos a ver, siento que fue mi culpa, perdóname.
Yo te esperare todo el tiempo que sea necesario, recuerda que nos casaremos.

La segunda carta decía:

Para Eijiro:

Cada día te extraño, me haces mucha falta pero espero que estes bien. Me siento tan solo, no he regresado a la escuela porque mi mamá dice que aún no es necesario, me prometio que iríamos a lugares que yo quisiera ir.
Me hubiera gustado que nos acompañaras, pero te prometo que algún día te contaré con todo y detalle, te quiero mucho.

La tercer carta decía:

Hola de nuevo, solo para decirte que de salud me he sentido mal, de nuevo estoy internado y me siento tan débil, pero prometo recuperarme, solo es por un tiempo. Espero que algún día volvamos a vernos.

Las demás cartas solo eran de las cosas que hacía durante el tiempo que estuvo internado, le contaba su día a día y como se sentía, hasta que llegó a la última carta.

Eijiro yo te quiero mucho, gracias por darme lo mejor, siento como que todos se despiden de mi, mi papá vino a verme, bueno, siempre viene pero como que estos días ha estado muy apegado, en el hospital me dejaron salir y me la pasó en casa. Mis padres son más cariñosos y me consienten en todo, el otro día ví como mi mamá lloraba mientras papá la abrazaba, me dolió verla así, yo se que estoy bien, no entiendo porque se compartan así, pero solo para agradecerte todo, me di cuenta que nunca te había agradecido.
Por favor ya regresa, quiero verte, me haces mucha falta, ojalá que cuando te vuelva a ver ahora si nos casemos.

"Con cariño, tu esposito"

Cuando Eijiro terminó de leer esa última carta rompió en llanto, ahora sabía porque sus padres se comportaban así con él, ese día bebió hasta embriagarse , quería olvidar todo.

Regresando a su realidad, volvió a suspirar y después sus ojos se centraron en la imagen que estaba enfrente, eran ellos 2 mientras jugaban y otras más donde estaba con sus padres.

—Tú me contaste tu día a día, así que ahora te diré yo, verás, hay una chica que se llama Mina, se me hace linda y siempre está conmigo. Todos piensan que seremos novios, pero, mi corazón sigue contigo, no puedo olvidarte, si es hermosa, pero no me gusta—sonrió triste—apuesto que has de estar pensando en que me de una oportunidad con ella, pero no, no te haré caso. No se porque siento como si estuvieras sentado enfrente de mí mirándome, aunque yo no pueda verte.

Suspiró.

—Te extraño tanto Denki, no sabes como me haces falta—lágrimas empezaban a caer de su mejilla.

Después de un rato se despidió de la tumba y se fue a su casa. Al siguiente día regresó con unas flores nuevas.

—Hoy estoy cumpliendo 18—dijo muy animado—y tú siempre tendrás...7 años—bajo la mirada mientras sus ojos se cristalizaban.

En ese instante una brisa recorrió su cuerpo, era silencio total, solo miraba aquella tumba mientras la primer lagrima caía.

—Perdóname, perdóname—sus lágrimas empezaron a salir—si la reencarnación existe, prometo encontrarte y cumplir mi promesa. No sabes como envidio la relación que tienen Bakugou y Midoriya, ellos si pidieron estar juntos.

Se limpió las lágrimas mientras notó como una imagen nueva están detrás de otra, se acercó para tomarla y vió que era una imagen del rubio sonriendo.

Al ver la imagen, aquella sonrisa también lo contagió y ahora sonreía.

—Mi Denki, sabes algo, siempre serás el niño con la sonrisa más bonita del mundo—abrazo aquella fotografía mientras de nuevo lágrimas caían de su rostro.

Y fue así como Eijiro no pudo estar con su primer amor, entendió que las personas llegan y se van.. así funciona la vida.

Nunca se sabe el valor de un momento hasta que se convierten en recuerdos.

"Hay despedidas que duelen el doble porque ni siquiera hubo un adiós"



El fin.

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