Draco Malfoy

7 0 0
                                    

📖 El otro lado de la biblioteca 📖


Pociones: Las clases que más le gustaban a Draco Malfoy, siempre tan atento, siempre tan concentrado, tan dedicado a ella, menos los miércoles. Para Draco. Cualquier última clase del día la odiaba con todo su ser, pero con pociones era algo más personal.

Trotaba por los pasillos, ya que no podía correr, para ir directo a la biblioteca. Le gustaba llegar puntual a este sagrado templo, pero los miércoles por la tarde, Slytherin tenía clases con Severus Snape y siempre hacia lo mismo, los dejaba diez minutos más de lo inusual.

¿Con que propósito?

Pues quién sabe.

Draco solo quería que se acabaran las clases, para llegar a las gigantes puertas de roble, abrirlas de un empujón y dirigirse a la mesa que había Sido suya desde primero. La más al fondo de la biblioteca.

Cada tarde se sentaba ahí y la observaba con disimulo, desde tercero que ella comenzó a ocupar esa mesa. Veía como mordía y chupaba la pluma de azúcar mientras leía, cómo a veces se olvidaba lo que de verdad tenía en la boca e intentaba escribir en el pergamino con ella, como se mordía los labios y  saboreaba el azúcar en ellos mientras escribía, cómo fruncía el entrecejo y entrecerraba los ojos cuando leía y releía hasta cinco veces su tarea, tratando de encontrar elas mínimo de los errores.

Hoy, estaba leyendo un libro de aritmacia, su pluma de azúcar de hoy era verde y tenía sus alborotados risos en un moño alto y despeinado, sujetado por un palillo.

Sus ojos se movían por el libro, apuntaban en el pergamino a prisa, él sabía que ella luego lo recopiaria en limpio para entregarlo al profesor correspondiente.

Ella alsó la vista, sus ojos color miel chocaron con los de él, tenía los labios manchados de verde y el entrecejo fruncido. Draco en un segundo cambió la mirada a una de asco.

—Sangre sucia —Gruñó —¿No ves que estoy haciendo los deberes? Deja de chupar tan ruidosamente que no me dejas concentrarme.

Ella asintió.

—Lo siento —Susurró —No sabía que hacía ruido.

El se tensó, esa no era su Granger.

—Eres asquerosa ¿Sabes? —Volvió a gruñir —Limpiate la boca, mi color favorito puede ser el verde, pero en tí se ve repugnante.

«Mentira» Se dijo «Mi color favorito es el miel de tus ojos y el chocolate de tus cabellos, diablos, Draco, enfocate»

Ella se sonrojó y bajó la mirada, limpiándose con su túnica. Él dejó de reprenderse mentalmente.

—Lo siento.

Volvió a decir y él se levantó de golpe, acercándose como depredador a su presa.

¿Dónde diablos estaba su leona? Él no quería un maldito tejón.

—¿Estás bien? —Preguntó en un susurro cuando llegó a su lado —No me has devuelto los insultos.

Ella asintió. No sé burló de él por hacerse el “preovupado” aunque si que lo estaba. Ella no se disculpaba, ella insultaba, ella desprendía fuego por su mirada. Ella no estaba bien.

Los Pasillos De Hogwarts {Oneshots}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora