¡Hola! Aquí una nueva historia de nuestro amado shipp Clauchitl.
Va a ser una historia cortas, unos 5 o 7 capítulos (puede que se alargue, pero no es seguro)
disfrutenla.
—Claudia estaba en su casa viendo en su galería fotos que tenía de Xochitl, tienen casi un mes sin verse y la extrañaba; pero ella sabía que era por la campaña y en dos días sería el primer debate.—
Ay Xochitl, ¿Qué me has hecho? No puedo dejar de pensar en tí y tú ni siquiera me ves como más que una amiga y... —iba a continuar cuando recibió una llamada de la dueña de sus pensamientos —
Hola Clau —se escucha la voz alegre de Xochitl a través del teléfono —
Hola Xochitl, ¿Cómo estás? —respondió Claudia con un sonrisa al por fin escuchar a su amada secreta—
Bien, ¿Y tú?, te llamaba para invitarte a comer algo hoy en la tarde ¿Tienes libre hoy? —dice sosteniendo el tono de voz—
Sí, claro, ¿Dónde nos vemos? —pregunta muy feliz—
Yo paso por tí, Clau —responde—
Ah, okay, ¿A qué hora? —dice algo nerviosa —
A las 3 de la tarde, Clau —dice—
Okay, estaré lista a esa hora, bye —dice colgando al poniéndose de pie para ver el reloj que tiene colgado en la pared— bien, es la una y media, tengo tiempo— deja el celular y corre a su habitación para arreglarse—
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—estaban por dar las tres de la tarde y Claudia estaba lista y muy ansiosa, se había vestido especialmente para esa salida a la que ella en su interior le llamaba “cita"; vestía un pantalón formal color azul, una camisa de botones blanca sin saco y con unos zapatos semi formales —
Debo tranquilizarme, es solo una comida —dice mientras mueve su pierna ansiosa mientras mira que el reloj marca las 2:55pm—
—antes de que siguiera diciendo algo se escuchó que tocaron la puerta y al instante se levantó a abrir; y ahi la vió, hermosa con un huipil blanco, su cabello castaño peinado de lado y su sonrisa tan tierna que hacia brillar sus ojos de una manera tan linda que se sentía que había llegado al cielo y un hermoso ángel la recibió —
Hmm, Clau? —pasa una de sus manos frente a la cara de Claudia —
Eh... Sí, hola, Xochitl —se habia quedado como idiota viendola, debía controlarse, pero quien la podría culpar, era un ángel, Su ángel —
Hola, Clau, que guapa te ves, ¿vamos? —dice sonriendo mientras da unos pequeños saltos —
Sí, si, vamos —dice sonriendo tiernamente al verla saltar— ¿A dónde vamos a ir? —pregunta mientras cierra la puerta de su casa—
Oh es una sorpresa —dijo en un tono misterioso — debes esperar
Ay sabes que no me gustan las sorpresas —dice cruzandose de brazos tiernamente —
Oh vamos —la toma de la mano y comienza a jalarla de esta para que caminara—
Ay, Xo, vamos pues—dice rindiendose mientras comienza a caminar —
