En un mundo marcado por el dolor y la pérdida, Jimin enfrenta la devastadora realidad de que su amado Yoongi está perdiendo la batalla contra el cáncer.
Sin embargo, un giro del destino lo lleva a despertar en una realidad alternativa donde Yoongi...
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La casa de los Min está llena de cajas de mudanza. Jimin está de pie en la sala de estar, desempacando algunas pertenencias. Los señores Min lo observan desde la cocina, intercambiando miradas llenas de preocupación pero también de gratitud.*
Yoongi aparece en el umbral de la sala, apoyándose ligeramente en el marco de la puerta, un poco débil pero con una sonrisa en el rostro al ver a Jimin.
— ¿Te estás instalando bien? — se sintiendo del umbral de la pared.
Jimin se vuelve hacia él, su rostro iluminándose al verlo. Deja lo que está haciendo y se acerca a Yoongi.
— Sí, solo un par de cajas más. No es mucho en realidad ¿Cómo te sientes?
Yoongi suspira, tratando de mantener su energía.
— Mejor ahora que estás aquí. — sonríe aunque Jimin sabe que está cansado.
Jimin sonríe y toma la mano de Yoongi, guiándolo hacia el sofá para que se siente.
— Deberías descansar. No quiero que te esfuerces demasiado. — dice con preocupación y Yoongi se sienta.
— Lo sé. Solo... quería verte. — susurra.
Jimin se sienta junto a él, sus dedos entrelazándose con los de Yoongi.
— Y yo quiero estar contigo, cada momento. — le pone un edredón en las piernas y besa su mejilla para ponerse de pie y continuar.
Yoongi, visiblemente cansado pero con una sonrisa, observa desde el sofa como sus padres se acercan para ayudar a su chico.
— Estamos muy contentos de tenerte aquí, Jimin. Sabes que eres parte de nuestra familia.
Jimin levanta una caja y la coloca en un rincón, luego se vuelve hacia la señora Min.
— Gracias a ustedes por permitirme estar aquí con mi bonito.
El señor Min asiente, apreciando el compromiso de Jimin.
—Sabemos lo mucho que significas para él. Tu presencia es un gran apoyo. — dice el hombre con una calida sonrisa.
Yoongi, desde el sofá, extiende una mano hacia Jimin, que inmediatamente se acerca y la toma.
—Jiminie, no tienes idea de lo mucho que esto significa para mí.
Jimin se sienta al lado de Yoongi en el sofá, sin soltar su mano.
— Quiero estar contigo, cada momento. No importa lo que pase. — besa su mejilla. — además, serás mi esposo muy pronto. — toma la mano del pálido donde yace la bonita sortija de oro rosado.
Yoongi asiente, sus ojos llenos de gratitud y amor.
— No sé qué haría sin ti. Gracias por ser mi fuerza.
