❤꧁ღ⊱♥ El capricho de un overlord ♥⊱ღ꧂❤ Zestial x Sir Pentius

◤✞ ¢σяαzση ѕαηgяαηтє ✞◥

En el hotel perteneciente a la princesa del infierno se encontraban sus inquilinos hablando plácidamente en la sala despues de una actividad tipica de confianza, basicamente una actividad que desarrollaba la gestion de emociones y toda esa mamada.

Pentius se habia quedado sentado toda la velada e intentaba no moverse mucho, y al ver que todo habia terminado, quiso excusarse rápidamente ya que tenia trabajo que hacer...

"Charlie, disculpa, em... puedo irme entonces?" preguntó el pecador serpiente de manera torpe y ansiosa.

"claro, ya terminamos, pueden retirarse, tienen el resto del dia libre" afirmó ella en buen tono mientras le sonreia y lo abrazaba de manera emocionada haciendo que este soltara un pequeño sonido de dolor, algo poco habitual por parte de él. "e-estas bien?" susurró la princesa del infierno un poco preocupada.

"si si, estoy bien, solo estoy un poco adolorido despues de que... d-de que uno de mis inventos explotara h-hehe" contestó mientras se alejaba, sobandose la cadera apenas se alejó lo suficiente para que la princesa no lo viera.

Husk y Angel Dust iban a bromear al respecto, pero notaron como es que ademas se sobar su caderas empezó a sobar su cuello de forma torpe mientras se retiraba, ese gestó hizo que ambos se miraran un poco preocupados, porque la forma de Pentius de hacerlo era como si tuviera un grillete puesto, algo que le pesara, y conocian muy bien esa sensación, pero no hubo momento para preguntar, la escurridiza serpiente ya se habia encerrado en su cuarto, justo a tiempo y a la hora que deberia hacerlo.

eran las 6pm, miró nervioso el reloj de su cuarto mientras cerraba la puerta, estaba todo finamente ordenado, y en su escritorio un monton de figuras de papel, Zestial le regalaba cada vez que se veian una flor de papel, porque las flores se marchitaban, pero las de papel podría durar la eternidad siempre y cuando se cuidaran y se guardaran con cuidado.

Se sentó en su cama esperando a que aquel ovelord apareciera.

"cierto!, me dijo que me arreglara, pero... yo ya me veo bien, s-supongo que debo verme aun mejor" pensó el pecador mientras se ponia aun mas nervioso y buscaba en sus cajones y armario algo con lo cual arreglarse, tal vez aplicar un poco de delineado o algun traje nuevo, es que tampoco le dijeron para que debia arreglarse!, era Zestial, seguro era algo grande... tenia que estar a la altura, ya habia pasado 1 mes desde que habia hecho un trato con él y ya pareciera conocer los aspectos mas superficiales de él.

no encontró mucho, asi que simplemente se aplico algo de delineador y uno que otro retoque, ademas de colocarse una tipica camisa blanca para minimo intentar algo nuevo, tal vez la novedad le gustaria a aquel ovelord representante del miedo.

se estaba quitando su traje cuando escuchó la voz grave de Zestial soltar una pequeña risa, volteó avergonzado y pudo verlo sentado en su cama, mirandole con descaro mientras cargaba un gran ramo de corazones sangrantes hechos a papel.

la serpiente sintió un escalofrio al verlo levantarse y acercandose a él mientras aun tenia la camisa a medio poner, soltaba pequeñas risas roncas mientras caminaba en circulos como si viera a una preza.

"oh Pentius, cuando dije que te arreglaras no me referia a que te sircieras en bandeja de plata para mi, lindo capricho~" susurró Zestial mientras se acercaba por la espalda, usando sus largos dedos para rozar cada centimetro de la piel de Penitus, creando un camino que subia desde la cadera hasta la zona del pecho. "pero me alegro que lo hicieras, siempre es un gusto verte en este estado...~"

"m-me estaba vistiendo!, q-queria probar usar algo nuevo..." susurró en respuesta con nerviosismo mientras temblaba por la frialdad de las manos ajenas y el cosquilleo de las garras sobre sus escamas.

"en ese caso, te espero, hoy tengo una velada magnifica para nosotros dos, carmila quiere ver los planos de tus armas" anunció con un tono mas tranquilo el pecador araña mientras soltaba a su contrario, sonriendo y delietandose con la reacción, amaba eso, mostraba que tenia poder pleno sobre aquella escurridiza serpiente, pero al mismo tiempo recibia una reacción contraria que él amaba avistar.

"d-de verdad?, p-podre venderle mi patente!?" gritó feliz el pecador serpiente, con los ojos brillosos de emocion mientras movia sus puños de arriba a abajo sin poder calmar su alegria y esa eran una de las reacciones que Zestial amaba ver.

el miedo y tambien... esa bonita cara sonreir, era ternura pura, incluso el ovelord agarró las mejillas de su pequeño capricho señalando lo lindo,bonito y precioso que era para él, claro, hasta que su lindo capricho le señalo que le empezaba a doler.

"podria comerte a besos ahora mismo..." susurró Zestial con cierto sadismo "cierto cierto, te dejo cambiarte en paz, volveré en 30 minutos, se que no te gusta que te presione con el tiempo" cambió de actitud rapidamente, asintiendo con educación y teletransportandose fuera de la vista de Pentius, era rapido y precioso, simplemente chasqueaba los dedos mientras una gran llamarada verde aparecia del suelo en un segundo.

el ramo de corazones sangrantes de papel se habia quedado en el suelo, con otro de esos poemas tan romanticos que le hacian recordar y cuestionarse al pecador serpiente el porque habia hecho su trato.

cuando conoció al ovelord representante del miedo, cuando este le estaba curando sus heridas sin querer se habia sonrojado cuando el mayor pasó sus manos por su cuerpo, en vez de burlarse, Zestial resaltó lo lindo que se veia y asi empezaron a conversar poco a poco.

sentir los cuidados de otra persona, las palabras bonitas, el calor ajeno, se habia sentido bonito, mas porque Zestial se interesaba por él, prestaba atención a cada una de sus palabras, y en algun punto... se le ofreció un trato simple, Pentius seria el protegido de aquel ovelord, eso significaba darle poder y estatus, y acambio... Pentius seria un capricho, su fin seria complacer las fantasias romanticas de Zestias, y no se quejaba porque aun que diera miedo y a veces era muy brusco como la noche anterior...

cuando le dijo que parara, que su cola y caderas ya dolían, él se detuvo y se disculpó.

Pentius se sonrojó de solo recordar lo ocurrido ayer.

...

el inventor estaba boca abajo sobre la cama de Zestial mientras este volvia a levantar su cola y presionarla con sus caderas exigiendo un cuarto round, sintiendo el calor de "eso" dentro suyo.

"e-espera!" chilló rapidamente mientras apretaba con fuerza la sabanas por impulso debido al dolor.

"mh?, que ocurre, bocadillo?" preguntó un poco desconcertado el mayor mientras se detenia.

"y-ya no puedo mas... me esta empezando a doler mucho..." susurró gimoteando y asustado, creyendo que recibiría una reprimenda pero...

"esta bien, tomemos un descanso entonces" aceptó en un tono tranquilo mientras soltaba su cola y en su lugar, la bajaba con cuidado y se recostaba a su lado para reconfortarlo. "no me gustaria lastimar a mi linda posesión" susurró con afecto mientras abrazaba a Pentius y lo besaba en la frente.

Ese abrazo habia significado tanto para Sir Pentius, se sentia tan reconfortante y tan calido, amaba esa sensacion de estar colmado de amor, porque ademas del abrazo, su "pareja" habia empezado a besarlo y hacerle cariñitos.

...

El inventor se arregló rapidamente e intento calmar su sonrojo de manera nerviosa y rápida, pensando de forma torpe un "no puedo creer que tuve s-s-s-sexo con Zestial".

Esperó el tiempo sobrante y apareció nuevamente aquel monarca del miedo frente a él, con su apariencia imponente ofreciéndole la mano "con cada segundo que te veo te haces mas irresistible... pero antes de poder devorar un poco mas de ti, mi pequeño capricho...~" lo llamó Zestial usando su mano libre para tomarlo de la barbilla y acariciar sus labios con su pulgar, deleintandose con la reacción nerviosa de su amado "voy a llevarte a esa reunion, y que Carmila pueda ver esas lindas ideas tuyas... pero antes~"

El ovelord juntó sus labios con los del pecados en un beso apasionado y que mostraba lo posesivo y lo mucho que amaba a esa nerviosa serpiente que se derretia al estar colmado del amor que hace tanto le hacia falta.