chapter eleven, 3rd part [final].

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I'm Mr

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I'm Mr. Loverman
And I miss my lover, man
I'm Mr. Loverman
Oh, and I miss my lover

[Mr. Loverman - Ricky Montgomery]

. . .

[name] podría ser considerado el 'cuidador' de los hijos traumatizados de todos, pues aunque no siempre lo cuente en su diario, suele visitar a alguno para cuidarlo. Normalmente cuando los padres de ese huevo están ocupados y recurren a [name]. Hace de todo: Les cuenta cuentos (valga la redundancia), los acompaña a la mina para recolectar minerales juntos (caso excepcional con Bobby), les hace queques de chocolate y...

De acuerdo, definitivamente [name] es el niñero de todos.

Hoy es un lindo sábado, [name] no sabe que hora es, pero cree que las 11 de la mañana. Se encuentra caminando por los mismos prados florales de siempre, hoy con un destino diferente. Pero siempre con sus resaltadores y diario bajo la manga de su camisa.

El día anterior, Veguetta le había pedido a [name] que si por favor podía encagarse de Leonarda, pues que según él se va a minar con Foolish vida de casados, ya sabrán) y no podrá llevar a su hija. [name] casi nunca suele negarse a nada, si no es por decir que nunca lo ha hecho. Rara vez dice «no».

De todas maneras, camina hacia el castillo de Veguetta, bueno, la estructura es como que de dragón. No te polipases. El 777 siempre humillando a todos cuando se trata de casitas (se lo toma personal).

Toca la puerta, solo dando un toque. Se quedó esperando unos minutos antes de oír que unos pasos se acercaban a la puerta. Esta chirrió antes de abrirse por completo. De frente no veía a nadie, [name] parpadeó un poco confundido antes de sentir que alguien lo golpeaba en el tobillo.

Bajó la mirada y vio a una feliz Leonarda mirándolo (si es que podemos decirlo así).

Leonarda lo miraba con alegría, sosteniendo en una mano una ramita y en la otra una pequeña piedra brillante, como si ya estuviera lista para meterse en problemas. [name] sonrió internamente, aquella pequeña de caos era definitivamente una de la más energética de los "hijos" que cuidaba, y eso ya era decir bastante.

"Hola, Leo." sSaludó con suavidad, agachándose para estar a su altura. "¿Lista para otro día?"

Leonarda asintió enérgicamente, tirando de la manga de su camisa con impaciencia. Escribió rápidamente en su cartel. "¡Vamos, vamos! Quiero encontrar piedras bonitas para papá. Dijo que si encontraba una gigante y brillante, me compraría otra espada."

"¿Otra?" Preguntó [Name] con curiosidad, acomodando su diario y resaltadores bajo el brazo. "Ya vas a tener más espadas que Foolish."

Leonarda rió traviesa mientras tiraba de su mano para llevarlo hacia los jardines detrás del castillo.

El día estaba claro y fresco, las flores danzaban con el viento y las mariposas revoloteaban a su alrededor. A pesar de la sencillez del momento, [Name] se sentía en paz. Había algo especial en esos pequeños instantes, cuidando a los "hijos" de los demás, que le daba un sentido de pertenencia. Tal vez era la forma en que los pequeños confiaban en él sin reservas. O tal vez era la sensación de ser necesario en un mundo que a veces parecía demasiado grande.

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⏰ Última actualización: Oct 20 ⏰

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