Donde todo comenzó.

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Max era el chico universitario más inteligente que podría existir era uno en un millón. Todos podían apostar a que era un ratón de biblioteca, solo lo veían estudiar y devorar libros en la biblioteca, claramente nadie sabía que a veces detrás de todos esos armarios devoraba algo más o bien, a alguien más.

Sergio, el mariscal de campo más cotizado, todos morían por el, chicos o chicas deseaban poder tenerlo pero nadie era tan afortunado, siempre el verlo entrenar era una imagen tan plasmada como si fuera el pecado mismo deseando tenerlo cerca y escuchar su respiración entrecortada, un sueño si lo preguntas, un sueño para muchos pero no para Max.

Hace tiempo Sergio iba perdiendo en sus grados, le habían advertido que si no mejoraba tendría que abandonar el equipo por lo cual busco a Max para que fuera su tutor, rezaba para que aceptara ayudarlo y si se lo preguntabas siempre había querido acercarse a él, siempre le había gustado pero jamás se había atrevido a acercarse o saludarlo, un poco tonto si te imaginas que la persona más sociable estaría nervioso por hablar con alguien.

-Hola, ¿Max?.- Preguntaba como si alguna vez no hubiera soñado estar entre los labios de ese rubio.

-Si, ¿puedo ayudarte en algo?.- Max sentía su corazón acelerarse, Sergio estaba hablando con el, ¿Sergio?

Realmente estaba pasando todo esto, no dejaba de decirse a sí mismo.

-Si, de hecho si, veras mis calificaciones están por lo más bajo, y necesito mejorarlas y no encuentro mejor persona para hacerlo que alguien como tú.-En ese momento pedía a todos los santos que aceptara.

-Claro, sería un gusto para mi ayudarte, ¿te parece bien si nos vemos en la biblioteca en las noches?

-Es un trato, te veré esta noche entonces.- Dijo Checo después de guiñarle el ojo a Max para después caminar hacia la salida.
Max apenas y podía creerlo, había pasado en realidad esto, definitivamente tenía que contarle a Charles todo lo que había pasado.
Pero antes tenía que ir a darse un baño y arreglarse un poco, ¿debería cortarse el cabello? No creo que así está bien, ¿debería llevarle alguna bebida? No espera, estaremos en biblioteca, ah cierto tengo que preparar también unas pequeñas clases.

Preguntas y oraciones como esas iba formulándose en su cabeza mientras caminaba hacia su departamento.

Mientras tanto al otro lado llegaba un Checo más que feliz con su roommate Carlos a contarle todo lo que había pasado.

-Al fin paso, al fin me atreví a hablarle y tal vez le guste y tendremos una cita.

Bueno, realmente no se si le guste, eso lo imagine yo y la cita es de estudio, pero no importa es algo.

-Dios Checo, de verdad si alguien te viera así. Solo ve y dile que te gusta.

-No Carlos, el solo me conoce en esa faceta de deportista, debe pensar que soy como todos los demás.

-Esas son tus conclusiones, el es un chico muy listo, creo sabe que no eres un tonto. En fin, tengo que salir, pero suerte en tu cita galán.

-Idiota.

-Por cierto, si en algún punto puedes preguntar si su amigo charles está soltero te lo agradecería.

-¿Y yo soy el indeciso?

-Cállate, me voy.

Checo se dispuso a darse una ducha, arreglarse un poco y caminar hacia la biblioteca, que diferente se veía la universidad y la biblioteca de noche, pero todo sea por aprobar esas materias y pasar un momento finalmente con Max.

-Bien Sergio.

-Dime Checo.

-Bien, Checo.-Dijo mientras dejó ver un sonrojo en el.- Empezaremos con las más bajas calificaciones para después dejar lo menos complicado para ti al final, ¿está bien?

Entre besos y libros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora