Hay cosas en éste mundo que, deberían ser imprescindibles, para nosotros, la especie más vulnerable de todo el universo.Somos unos pecadores natos. Nos consume la tentación a diario, y es algo de lo que muchos se sienten orgullosos mientras que otros sufren graves consecuencias por sus actos.
Romper las leyes de Dios, cometer pecado y errores es algo que no deberíamos coincidierar ni practicar ; algo que podría ser imposible, ya que vivimos en un mundo "actual", o sea, en un mundo hipócrita, egoísta y traidor.
En antaño, yo era una fiel creyente de la palabra, vivía en paz y me gustaba. Conocí a personas que me daban esa oportunidad de ser feliz y sentir que si era y podía ser bienvenida en el "Paraíso"; lugar de paz, armonía y amor, creado por nuestro creador.
Un balde de agua helada me despertó de esa fantasía, quitándomelo todo ; el lugar que yo creía mi hogar, las personas que yo consideraba mi familia, el amor. Lo perdí todo, por un mundo egoísta y las personas que yo consideraba que eran mi luz, la apagaron llevándose consigo mi vida.
El engaño y la traición, me convirtieron en algo que ni yo misma creí que fuera a ser, y de todo, eso es lo que más me duele, me arrebataron mi esencia.
Perdí mi lo que más anhelaba sin haberlo obtenido, mi paz, esa sensación que se debe sentir cuando toda tu trayectoria termina.
Solo espero, obtenerla algún día, y morir en paz
