Trois

98 0 0
                                    

~5 :00 AM, mañana.

Me desperté al menos unas 3 horas antes de lo habitual, pero aún así no pude volver a dormir.
Tras varios intentos fallidos de quedarme dormida me resigné a aceptar que nunca me dormiría y me puse a pensar en todo lo que estaba pasando.
¿Por qué me estoy comportando tan bien?, ¿no debería estar intentando escapar? No, debería, pero no podría.

-Estás bien?- a pesar de tenerlo a escasos centímetros de mí, su voz sonó muy distante.
-Sí, por?-fue todo lo que pude decir, no tenía ni idea de que estábamos hablando y no supe que otra cosa decir.
-Estás distante, que te pasa?
-Nada en realidad, estoy cansada, eso es todo.-Mordí mi labio mientras me daba la vuelta mientras me recostaba en mi brazo derecho, para así verle cara a cara.-Y...¿me extrañarás cuando me vaya? -Le miré con expresión pícara y éste, abrió sus ojos sorprendido para después relajar su expresión y decirme un sí, con una voz tan ronca que no pude reconocer.
-Ojalá pudiese acompañarte, pero ya ves, tengo que hacer vueltas para la universidad- Louis estaba ya a punto de terminar el bachillerato, y aunque yo aún estaba en noveno grado, por obra y gracia terminamos juntos.
-Qué pasaría si no vuelvo? Qué harías si encuentro a alguien? O si me pasara algo? -Ví como su rostro adoptó inmediatamente una expresión de decepción, de miedo y de tristeza.
-Me dejarías?-Dijo él en un tono a penas audible. Sentí mi corazón romperse en mil pedazos en ese momento. Y, como reacción ante mi nerviosismo, empecé a reír, cuando noté que los ojos de Louis se habían cristalizado, me detuve, ¿Qué he hecho? Tomé su rostro entre mis manos y levante su rostro hacía mí.
-Louis, bebé, nunca te haría eso. Sabes que te amo.-Besé su nariz y después sus labios, tenían un sabor salado por las pocas lágrimas que habían logrado escapar de sus ojos.-Te amo,-le di un beso-Te amo,-Ahí va otro-Te amo, te amo, te amo.
-Por qué preguntaste?-Logró decir él después de un rato.
-No lo sé, es que, estaba pensando en la noticia del otro día, y si me secuestrasen y no te viera nunca más? No quise que lo tomaras así, perdóname.
-No creo que pase, sé que eres fuerte.-Sonrió de medio lado.-Cuídate mucho, te amo.-Dicho esto me besó, me tumbó cuidadosamente sobre el pasto mientras se colocaba sobre mí, aún besándome, tenía sus brazos puestos a cada lado mientras yo acariciaba su cabello con una mano y su espalda con la otra. Poco a poco, empezó a colocar una mano en mi cintura, fue subiendo lentamente, adentrando sus cálidas manos bajo mi blusa, yo estaba más que nerviosa, pero le seguí el juego, iba subiendo poco a poco y justo cuando estaba a punto de llegar más arriba todo se tornó negro.
Desperté sudando, había sido todo un sueño? Ah, Louis, cuanto desearía poder tenerle aquí conmigo. Si tan solo hubiese sido más cuidadosa no estaría aquí, sentí mis ojos cristalizarse y cuando estaba a punto de empezar a llorar la puerta se abrió de golpe. Subí mi mirada lentamente y me encontré con un Aron molesto, sus facciones se suavizaron un poco y se acercó a mí, se sentó a mi lado sobre lo que podría llamarse cama y me miró expectante.
-Qué pasa?-Dijo él. No supe qué decir, me sentía mal, extrañaba todo, a todos, a mi mamá, a mí papá, a Louis, incluso a mi revoltoso hermanito. No quería seguir aquí. Tras no recibir respuesta, suspiró pesadamente, cansado y rendido. -Bueno este...-Se rascó la nuca algo ¿nervioso?- mira, esto es lo que deberás usar esta noche, pero, si quieres usa esto mientras tanto.-Y me miró con lo que supongo debía ser una sonrisa pero terminó siendo más una mueca, sus ojos se dirigieron hacía dos pilas de ropa que estaban sobre mi cama, no había notado que estaban ahí hasta ese momento. Después volvió su rostro hacía mí.
-Por qué haces esto por mí?-Abrió más sus ojos y dirigió su mirada hacía mí, luego de un rato contestó:
-No lo sé, supongo que es lo menos que puedo hacer por ti, no es tu culpa estar aquí, comprendo que esto es duro para ti. -Le sonreí mientras lo veía saliendo de la habitación, luego me volteé hacia la ropa que me había traído, había una pila con unos pantalones de pijama grises y una camiseta negra. No había nada más. Agradecí el gesto y me la puse como pude, me quedaba bastante grande, cosa que compensaba el hecho de que no había medias ni nada, ya que ésta lograba cubrirme bastante bien, ayudándome a mantener el calor. Después dirigí mi mirada a la otra pila, había una caja de zapatos bajo un bra negro, obviamente en encaje, con una especie de liguero para el cuello dorado, que llegaba colgando hasta mi abdomen, con éste, unos calzones más pequeños que mi todo negros también, con detalles en encaje negro que hacían juego con el bra, dentro de la caja, había una copia más que obvia de unos Louboutines negros altísimos. ¿Cómo esperaban que usase eso sin más? Nunca había sentido complejos por mi cuerpo, sé que no luzco como súper modelo, pero nunca me dejé llevar por los estereotipos. Podría decirse que nunca me he sentido incomoda por cómo luzco, pero a duras penas me desnudo cuando me baño, no podía imaginarme vistiendo eso. No sabía cómo, pero tenía que encontrar una manera de salir de ahí. Lo más pronto posible.

BEBÉS, TERCER CAPÍTULO POR FIN. Bueno, si les gusta for favor háganme saber, ya saben dónde está el botón de estrellita así que no duden en presionarlo si les gusta la historia. Por favor, no sean fantasmas. Los amo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 03, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

BrothelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora