Extra II

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En los dos meses que llevo aqui me he dado cuenta de dos cosas, una de ellas es que Jungkook me quiere de verdad, y la segunda y la que más me asusta es que esta completamente loco y le hace honor a su apodo con todas las letras.

Es verdad que estoy en las manos del diablo.

No voy a negar que muero de miedo cada vez que el se enoja, pero tengo claro que Jungkook nunca me haría daño, pero no debo bajar la guardia, pensé en escapar pero no voy a arriesgar la vida de mi familia de esa manera, se de lo que es capaz.

Asi que no me quedo de otra más que adaptarme.

Una vez, uno de sus hombres no hizo lo que se le pidió y Jungkook le disparo en la pierna alegando que si volvía a fallar en una misión la bala iría directamente a su cabeza.

Otra ocasión que me dejo sin aliento fue ver como molía a golpes a uno de los guardias de seguridad, simplemente porque me sonrio al darle los buenos dias.

ESTA LOCO.

Desde ese dia evito el contacto visual con sus hombres lo más que puedo.

Por otro lado por fin tengo lo que siempre soñe, no tener que preocuparme por dinero, esa es una de las cosas que más feliz me tienen.

Estoy mal de la cabeza quizas.

Otra cosa es que sigo muy enojado con Yujin.

No pienso perdonarla así de fácil, aunque Jungkook me trata muy buen y es guapo, atento, cariñoso, respetuoso y me guste, me llame la atención, y se me acelere el corazón cuando lo vea y me quiera ver bien para el, Jungkook ya me dejo claro que no es una buena persona y eso no se me debe olvidar, pero como le explico eso a mi cerebro y corazón, creo que debo tener el sindrome de estocolmo.

Si eso debe ser.

-. Y por cuanto tiempo debe estar en el horno.- pregunto mientras limpio el resto de harina que quedo en la isla de la cocina.

-. Por cuarenta minutos, luego lo dejamos reposar para poder decorarlo.- explica y quita con suavidad el pañuelo de mis manos.- tú no debes hacer eso, ese es mi trabajo y el de las chicas.

Suspiro.

-. Tengo manos.- murmuro y ella sonrie.- estoy ansioso creo que decorarlo es mi parte favorita.

-. Puedes decorarlo como gustes.- se acerca a la nevera y guarda algunos ingredientes.

-. Muchas gracias por enseñarme, sin usted aqui y con Jungkook afuera casi todo el dia, me moriría del aburrimiento.- me quejo y ella rie.

-. Me alegra ver que el señor Jeon y tú esten más unidos, el muy en el fondo es una buena persona, por lo menos contigo y con los miembros del personal es justo.- se encoje de hombros.

-. Lo sé, no puedo quejarme.- digo en voz baja.

Estoy junto a Harun, el ama de llaves de la mansión, en la cocina, me estaba enseñando a hacer un pastel, desde que llegue aqui ella se a portado muy bien conmigo, me a tenido paciencia y se ofreció a enseñarme a cocinar para asi matar el tiempo, Jungkook por su parte cumplió su promesa y ahora tengo clases de piano tres veces por semana en la tarde y junto a Jungkook practico boxeo los domingos.

-. Cariño, te estuve buscando.- dice Jungkook entrando, vistiendo ropa casual.

-. Hola Kook, que pasa.- sonrio pequeño al verlo.

-. Te tengo una sorpresa bebé, asi que ve a arreglarte, nos iremos dentro de media hora.- rodea mi cintura con su brazo y me sonrojo ligeramente.

-. Pero tengo que decorar un pastel.- desvio la mirada al horno.

In The Hands Of The Devil • KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora