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CAPITULO 3.

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- Ahora vuelvo - dijo el rubio un poco agitado - iré un momento a retocarme.

Mientras el chico se dirigía a los reservados, sus amigos regresaban a su mesa, sin embargo, el azabache seguía a su amigo con la mirada hasta perderlo de vista.

- Tranquilo, Chim Chim sabe cuidarse muy bien - dijo al percatarse de la situación.

- De eso no tengo dudas, pero ¿Acaso tú no te preocupas por él? - mencionó con una mueca.

- Claro, lo hago. Pero no quiero ser intenso con él. Quiero que todo fluya sin presiones.

- ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó desconcertado - Acaso ¿Jimin te gusta?

- Si, pero no quiero arruinar la amistad que hay entre nosotros - declaró tomando un sorbo de su bebida - Tu eres su mejor amigo desde niños, necesito tu ayuda Tae Tae.

- No creo que seas su tipo - respondió después de un momento de silencio.

- Entonces ¿Cuál es su tipo? Daré lo mejor de mí para conquistarlo. Pero por favor, ayúdame - rogó el chico tomando las manos del contrario.

- Yo...

- Chicos, pensé que ya habrían pedido la otra ronda - interrumpió el rubio.

- Iré yo - rápidamente habló, para pararse como un resorte y perderse entre la multitud.

- ¿Pasó algo? Eso fue raro - dijo tomando asiento.

- No, nada. Solo conversábamos.

- Por cierto, ¿Me acompañaras a ver a Tae Tae? Su presentación será la siguiente semana.

- Claro, sabes que no puedo negarme a nada que me pidas - dijo con una sonrisa mostrando sus dientes de conejito.

- Awww, eres tan lindo Kookie - exclamó el chico pellizcando las mejillas de su amigo.

- Aquí tienen, he traído algunas y vienen más en camino.

- Vaya, en serio quieres terminar noqueado.

- Chim hace mucho no salíamos a divertirnos, hoy es momento - dijo tomando un vaso y elevándolo para brindar con los demás.

- Entonces, salud.

- ¡Salud! - exclamaron los otros dos.

Pasado el tiempo, los chicos se divertían, cantaban a todo pulmón las canciones que colocaban o simplemente se meneaban al compás de la melodía en turno. Trago tras trago, sus cuerpos se relajaban por la ingesta del alcohol.

- Tae Tae, debemos irnos a casa.

- Pero Chim, me estoy divirtiendo - respondió con un puchero.

- Vamos Tae, es tarde y ya estamos bastante tomados.

- Hay que pedir un taxi.

- Buenas noches chicos - dijo una voz a sus espaldas - Nosotros contamos con ese servicio, nos preocupamos por la seguridad de nuestros clientes.

- Vaya. Ahora entiendo porque Noona Ji-Eun lo recomendó.

- Pero ¿Cómo podemos estar seguros?

- Es verdad, aquí tienen - dijo el hombre en traje tendiéndoles una identificación como empleado del lugar.

- No lo sé.

- Si eso no los convence, pueden ir a preguntar a los encargados del lugar.

- Vamos Kookie, es tarde.

Con un poco de inquietud el chico subió luego de sus amigos, al primero en dejar en casa fue a Tae, el cual costó un poco de trabajo ya que solo quería seguir bailando y se colgaba de Jimin abrazándolo como koala. Posteriormente, dejaron al rubio el cual estaba un poco más lúcido y para finalizar Jungkook fue dejado tan solo a una esquina de su departamento y una vez ingresó, el hombre encendió el motor y emprendió el viaje de regreso.

- Ya cada uno se encuentra en su respectiva casa.

- Perfecto, ¿Algo que sea de utilidad? - preguntó una persona del otro lado de la línea.

- Al parecer ambos amigos están interesados en la presa del jefe.

- ¿Quién crees que de mayor problema?

- El que tiene sonrisa de conejo.

- Gracias por el dato - y colgó.

Mientras tanto, en una sala del bar, el segundo al mando leía unos papeles con mucho detenimiento luego de cortar la llamada.

- Jefe, es la hora.

- Bien, bajo en un momento.

Con un profundo suspiro, tomó su último trago y se presionó las sienes, al levantarse de su lugar estiró su engarrotada espalda hasta conseguir un crujido reconfortante. Con pasos seguros se dirigió a donde el carro lo esperaba e ingresó en el, donde uno de los escoltas le entregó un maletín, de donde extrajo su arma, la cargó y coloco tras su espalda una vez llegado al lugar.

Con la poca penumbra de la madrugada, el carro se estacionó detrás del gran edificio y en la puerta de salida de emergencias lo esperaba un doctor.

- Señor Jack.

- ¿Tienes lo que te pedí?

- Aquí tiene - dijo tendiéndole una carpeta.

- Es un placer trabajar con usted, doctor.

- Gracias - dijo, recibiendo un pequeño paquete con algunos dólares.

- Pero sabe que su silencio equivale a la vida de su familia, ¿cierto?

- Nunca le fallaría.

- Es bueno saberlo. Ahora, ¿Ya lo envió?

- Si, me he encargado de todo.

- Perfecto - dijo dándole la espalda para subir al vehículo que lo llevaría a casa.

Por otro lado, una vez recibido el mensaje por parte de Kim emprendió el camino a la isla y una vez estando en el lugar apretó sus puños a tal grado que sus nudillos se tornaron blancos.

- Señor, logramos capturar a uno. Al parecer es un novato.

- ¿Dónde está? - sonrió de manera macabra.

- Por aquí.

Caminando tras su subordinado llegaron a otra parte alejada donde se encontraba un chico no mayor a los 20 años, amarrado a una silla.

- ¿Ahora Kim se dedica a adoptar? Pero que bajo ha caído.

- Logramos herir a algunos, pero fue demasiado tarde, ellos ya habían vaciado todo.

- Eso no sirve de nada - habló con voz calmada - Ustedes también recibirán un castigo, ellos tienen todo mi arsenal de armas que intercambie con la mafia rusa y ahora le pertenece a Kim. Pero primero me encargaré de él - dijo acercándose al chico que no emitía ningún sonido - Tranquilo pequeño, me divertiré contigo primero. ¡Shhh! - exclamó con falsa preocupación - No llores, no te mataré, porque quiero que le lleves un mensaje a tu jefe, pero lo que te haré hará que desees morir - finalizó con una hermosa pero diabólica sonrisa.

- Señor..

- Amordacen a los que estuvieron aquí cuando pasó todo. Pasarán una semana sin comer y todos los días tendrán 50 azotes. Eso les servirá de lección. ¡Ah! Y quiero mi marca en sus rostros. Para que no olviden a quien le deben su lealtad.

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Hola, aquí un capítulo más.
Espero les esté gustando.

Nos vemos pronto.

Moon_Shine

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In the DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora