IV

298 50 34
                                    

Un molesto pitido se escuchaba de fondo y un leve dolor sentía en su brazo, ya no aguantaba ese dolor.

Murmullos también se escuchaba, el aroma a preocupacion y también a ¿Furia?, era claro de quién eran esos aromas... Aunque también pudo distinguir dos más de fondo, claramente también se sentía a preocupación y a la vez tranquilidad.

Los murmullos bajaron de a poco al igual que los aromas, solo quedó el aroma que conocía, el de su padre.

Abrió los ojos con lentitud, tratando de adaptarse a la luz que había en el lugar, pudo ver a los lados dando se cuenta que estaba en un cuarto de hospital, no sabía que había pasado.

—Bolivia—hablo con una suave voz aquel omega.— dios, me preocupaste mucho cariño.

Quería hablar pero sentía su garganta un tanto seca, pero aún así lo hizo.

—¿Dónde estoy?¿La cachorra?

—Ella está bien.—dijo— gracias a ti está bien... Sus madres están aquí, quieren hablar contigo.

El pequeño gamma ya imaginaba que iba a decirle, era claro, siempre tenía ese mismo camino, tal vez las madres de la niña iban a reclamarlo y tal vez llevarse a la niña, pero aún así acepto que las madres lo vieran.

Su padre al tener la aceptación de su pequeño hijo, fue hasta la puerta, de ella entraron dos mujeres, una alfa dominante al igual que su pareja, una Omega dominante, ambas tenían las mismas auras de superioridad y ni hablar de sus feromonas que hacían doblegar al lobo del gamma.

—Gracias, Tahuan— Dijo la alfa— Yo me encargare desde ahora.

Un asentimiento de parte del gamma se noto, miro a su hijo y solo le dedicó una leve sonrisa transmitiendo le confianza y así solo salió de aquella habitación.

Bolivia solo esperaba lo que antes había pensado pero lo único que paso fue que, la Omega tomo con delicadeza su mano y le dedicó una sonrisa sincera

—Gracias por salvar a mi pequeña hija, sin ti, ahora mismo estaríamos con los nervios al borde, enserio te lo agradezco— Dijo con suavidad la Omega, sin borrar aquella sonrisa, miro sus ojos, noto que estaba algo rojos, era claro¿Quien no estaría así luego de enterarse que estaban a punto de secuestrar a su hija?— eres un maravilloso gamma.

—No debe de agradecer...— hablo el pelirrojo—

—Estamos totalmente agradecidas contigo Bolivia— hablo la alfa, se acercó a su esposa y la tomo de los hombros con cariño— ahora mismo mi pequeña Tokio está en casa a salvó y esos imbéciles en la cárcel, estoy segura que pasarán muchos años ahí por lastimar a mi hija y a un gamma.

El pelirrojo solo pudo sonreír, el ya sabía que en el continente asiático, ser un gamma era lo más valioso del mundo, el gamma estaba a la misma altura que un Omega, pero pasando los años, pocos valoran aquello, y de esos pocos, esas mujeres pertenecían ahi¿Como lo descubrió? Luego de las palabras de agradecimiento de ambas mujeres, entablaron una conversación y ahí descubrió como ellas admiraban a los gammas y además que se sentían más agradecidas al conocer al pelirrojo.

Luego de unas horas, ambas damas se fueron de ahí, dejando al gamma con una calidez en su pecho, por primera vez en su vida jamás fue juzgado por su casta.

Luego de aquella visita, ingreso su doctor personal,¿Porque doctor personal?, el padre omega del gamma se encargó de aquello.

Aquel doctor era un Beta, era amable y era alguien conocido por la familia o al menos por el padre del gamma y por el mismo gamma.

—Doctor Chile— hablo con amabilidad el gamma.

—Hola Bolivia— respondió aquel Beta con la misma tonalidad que el gamma— Ya me contaron lo que pasó ayer, me impresionas.

Gamma •|RusBol|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora