El diálogo en japonés será escrito con esta font.
Y el diálogo en coreano con esta.
⚠︎·˚𝐓𝐨𝐮𝐜𝐡 𝐦𝐞, 𝐭𝐞𝐚𝐬𝐞 𝐦𝐞, 𝐟𝐞𝐞𝐥 𝐦𝐞 𝐮𝐩 . . . ˓˓
A primera vista, un niño como JiHoon no llamaba la atención; tez clara, ojos negros y bajito. No obstante, su larga y voluptuosa melena rubia acaparaba los ojos de cualquiera y en una semana, ya se había convertido en el chico más popular del colegio, el más deseado por las mujeres y el más perseguido por los hombres. Un colegio en el que paradójicamente no entendía el idioma y ni siquiera encajaba con la cultura.
—Madre. —el rubio ya estaba harto de sus compañeros y compañeras de clase. No pasaba ni un segundo del día sin que alguien le gritara al oído como una cotorra. Sentados en la mesa, cenando por primera vez sin su padre, JiHoon rompió el sepulcral silencio. —. ¿Puedo teñirme el cabello de negro? —ese día tuvo que soportar dos discursos sobre lo perjudicial que era teñirse el cabello: uno de su madre y otro de su hermano, quien, de manera hipócrita, se lo teñía de rojo.
Teñirse el cabello de negro quedó totalmente descartado, al menos hasta que cumpliera los dieciocho años. Incluso había anotado esa actividad en su lista de "Cosas que hacer cuando tenga dieciocho". En ella residían ideas locas que habían cruzado por su cabeza cuando era niño: "Ir a la prisión.", "Robar un banco.", "Viajar a Japón y abrazar a su padre." ...
Su padre, ese hombre, era otro tema completamente. Un individuo que ni siquiera sabía su nombre, un ocupado y poderoso yakuza japonés que enviaba cantidades inimaginables de dinero a su casa regularmente. Era un padre presente económicamente, pero ausente en la crianza de los niños. Fue él quien decidió mudarlos a Busan, un país cuyo idioma ni siquiera entendían. En situaciones como esta, el hijo debería odiar al padre, pero sorprendentemente, JiHoon no lo hacía. De hecho, admiraba a su padre de una manera muy insana. Aún recuerda las anécdotas que contaba el hombre en perfecto japonés durante la cena, o su gran y colorido kimono que usaba cuando llegaba a casa los fines de semana y festivos.
Desde aquellas anécdotas, una de las cosas más importantes en su lista de "Cosas que hacer cuando tenga dieciocho" era "Crear una banda".
Con aquel sueño grabado en su mente y aún luciendo su cabello rubio y reluciente, la segunda semana de escuela dio comienzo.
Todo continuaba tan tedioso y rutinario como siempre. Seguía sin comprender el coreano, sin prestar atención a las lecciones. Miraba con aburrimiento por la ventana, deseando que el timbre sonara para ir a su sitio especial; en los patios se escabullía en la parte trasera de la institución, aprovechando el espacio para comer tranquilamente, sin ningún tipo de disturbio auditivo o visual.
—¡Oh, lo siento! —pronunció un chico con el cabello hecho un matorral de pájaros y una sonrisa en su expresión. En ese instante, una pelota de fútbol golpeó fuertemente en una caja de material que descansaba justo al lado del cuerpo de JiHoon, el dulce que estaba comiendo el rubio cayó al suelo por culpa del susto y el nombrado levantó la mirada lentamente, con el ceño fruncido.
—¡Eres un hijo de puta, mi maldito dulce! —exclamó señalando el hombre que avanzaba serenamente hacia el balón.
—Tío, ¿Qué coño estás diciendo? No entiendo el japonés.—pronunció el otro agarrando por fin el balón y agachándose a la altura de JiHoon.
En ese momento, JiHoon suspiró frustrado. ¿Cómo demonios iba a lamentarse por su pérdida y reclamarle al chico si ni siquiera lo entendía? No tuvo más opción que señalar con el dedo el dulce en el suelo, haciendo sonidos sin sentido alguno y expresando su enfado con el rostro.
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(🎴). .⃗ . ᕻ K. REVENGERS | BUSAN RIDERS ✶ SEVENTEEN
FanfictionEn pleno 2024, las bandas y pandillas de delincuentes son la última moda en los terrenos de Busan, ¿Quién será el ganador de entre las tres bandas más conocidas de la ciudad? -Woozi, tu has creado esta mierda, eres tú el que debe terminar con ella...