1

7 1 0
                                    

Era uno de esos días en que la ropa se pegaba al cuerpo debido al exceso de sudor, producto del sofocante calor, tanto asi que ni el aire acondicionado refrescaba, dia en el que solo deseaba meterse al congelador con las botellas de refresco que tenían en la bodega. Obviamente no podía hacerlo porque espantaria a más de algún cliente quisquilloso si lo hiciese,  las  luces que iluminaban aquel pequeño establecimiento de cafe, no ayudaban en nada solo parecían incrementar el calor.

Pese al clima , atendio con su mejor sonrisa a los clientes riquillos que lo miraban con desden atraves de sus gafas oscuras de lujo, Gregory no conocía de marcas pero esas en particular las había visto en el escaparate del oculista, donde solia asistir con regular por sus chequeos mensaluales, debido al albinismo , Gregory  imagino que le darian un par de aquellos elegantes lentes oscuros.

Para su “desgracia” a los 14 años  le habían recetado unos lentes con bastante aumento de aro redondo, que le daba un aspecto un tanto llamativo, abonado a su cuerpo que constantemente estaba cubierto por  vendajes, que por esa epoca comenzo a usar,  su actitud distante no ayuda en nada,las personas solo se alejaban de el, creyendolo que era un malandro o alguien problematico.A pesar de todo  esto Gregory ponía su mayor esfuerzo en atender bien a los clientes,  con una sonrisa para que volvieran, hasta la fecha habia tenido exito.

—Buenos días, bienvenido a Bon Bon cafe, ¿que cafe va a ordenar? — dijo Gregory tratando de pronunciar el nombre de la cafetería con su mala pronunciación en francés, a veces se arrepentía no haber puesto la suficiente atención en clases de frances básico. Dio su mejor sonrisa al cliente que recién ingresaba al establecimiento.

El cliente  lo observo a través de sus lentes oscuros, por un breve momento antes, de dirigirse a la pizarra con el menú del día, y analizarla a detalle

— Dame el café que a ti te guste— dijo despues de unos  segundos, con voz monotoma,las gafas no dejaban ver sus expresiones,  Gregory de inmediato colocó una sonrisa forzada en su cara, la cual se notaba a pesar de que hizo un esfuerzo por no dejar ver su reacción

—¿El que a mi me guste?—pregunto aun incrédulo,  mirando a través de sus anteojos a aquel chico, que era más alto que el, pero aun asi se sintio pequeño con la voz y presencia de aquel hombre.

~¿Que clase de estúpida broma es esta?~pensó Gregory apretando un poco los dientes ~ ¡Deja de bromear!~

Por lo general la gente que se vestía como este hombre que tenia delante, sería tajante e incluso hasta ofensivo en pedir que su café fuera tal como lo habían pedido. —No se trata de ninguna broma—dijo,esto asusto a Gregory, quien penso que este hombre podia leer la mente. Aun asi,Gregory no sintio algo que le indicara que era una criatura  o alguna clase de monstruo, solo era un chico común con una actitud  extraña.
El chico lo miró,sin cambiar su expresión  aburrida, Gregory sería cuidadoso,a lo mejor si se trataba de una broma, pero...¿ y sí no lo era?, ¿y si lo ofendía con un simple café?, se armaría una trifulca con este chico y Gregory no era de los que huía,lo mejor sería ser cuidadoso y en cambio le ofrecería el que menos le gustaba pero que había visto que varios de estos “niños de papi” pedían.

—En ese caso, le recomiendo un Macchiato de caramelo— le sugirió amable Gregory ya se comenzaba a hastiar, en sus adentros deseaba que esta persona solo pagará su café y se fuera del local.

El hombre de cabello negro como su vestimenta no dijo nada, solo asintió,

~¡Dime algo por lo menos!~ pensó Gregory aun mas irritado.

Gregory se lo preparó de inmediato el pedido, no vio la necesidad de preguntar el nombre,pues hasta ese momento era el único cliente que había en el lugar.

polvo de estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora