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Eran pasadas las doce del medio día y el capitán de la unidad, Jeon Jungkook, estaba preparando su maleta para irse un fin de semana a la casa de su padre. Habían pasado dos meses desde la última vez que lo vió y lo extrañaba. También a su hermano, desde niños eran muy unidos, pero al entrar en el servicio militar se alejaron un poco.

Estaba agotado, habían nuevos ingresos y él tenía que entrenarlos. Le gustaba que todo fuera perfecto. Aunque tuviera fama de ser estricto y malhumorado, él se consideraba alguien responsable en su deber. No le gustaba andar con juegos de niños pequeños, sabía que su trabajo era algo estrictamente serio y delicado. Desde adolescente le enseñaron a no flaquear ante nada, a ser el mejor en todo y a nunca perder.

Sus colegas lo molestaban por estar soltero a sus treinta años, no tenía hijos y nunca le habían conocido una novia. Siempre le decían que era "Gay" pero  Jungkook no les prestaba. Aunque a decir verdad, nadie había llamado su atención como tal, se acostó un par de veces con chicas, pero nunca se sintió satisfecho, eran cosa de una noche y ya.

Cerró su maleta y soltó un largo suspiro, por fin tendría un fin de semana para descansar, comer la comida deliciosa de su hermano, sentarse en el sofá a ver las noticias con su padre y escuchar las locuras de su cuñado.

—Por fin llegó mi descanso —Dijo para si mismo.

Salió de su habitación y se dirigió a la salida, subió la maleta a su auto y luego subió él. Pero antes de poner su auto en marcha, uno de sus colegas le tocó la ventanilla con cuidado. Jungkook bajó el vidrio y lo miró con el ceño fruncido.

—Deja esa cara de perro rabioso y escúchame —Lo regañó su amigo.

—¿Qué quieres, Namjoon? —Preguntó irritado.

—Sé que es tu descanso, pero necesito un favor.

—¿Con que?.

—Uno de mis alumnos necesito ir a Busan, su tío murió y me preguntaba si podrías llevarlo — Pidió, colocando sus manos en forma de suplica a la altura de su pecho.

—¿Donde está? — Preguntó sin verlo.

—Ya está listo, lo llamaré — Se apresuró a llamar a su alumno — ¡HOSEOK! Apresurate, el amargado dijo que si.

Jungkook rodó los ojos, odiaba que le dijeran así y menos al frente de un alumno.

—Buenas tardes, Capitán Jeon —El chico hizo una reverencia— Le dije al general que no se preocupara, podía ir en tren.

—En tren ibas a tardar muchísimo, Hoseok —Dijo Namjoon.

—Sube rápido, ya debería ir en camino — Expuso Jungkook, un poco irritado.

—El lunes a primera hora aquí, soldado, ni un minuto más — Habló Namjoon más fuerte para que su alumno lo escuchara.

El chico de bonita sonrisa asintió y subió al auto rápidamente, no le gustaría hacer enojar al capitán.

Todo el camino fue demasiado silencioso, Jungkook manejaba y Hoseok se había quedado dormido. El capitán le dio gracias a Dios por eso, no quería tener que lidiar con un chico parlanchín, lo conocía demasiado bien y sabía cómo era. No era que no le agradará nadie de la base, en realidad su mejor amigo estaba ahí. Mingyu era la única persona que toleraba ahí, pero estaba de vacaciones por dos semanas. Namjoon, era su amigo, pero era muy irritante en ocasiones. Quería estar todo el tiempo apegado a él y eso no le agradaba, le gustaba su espacio, pero igual lo quería mucho.

El camino fue largo y agitador, pero por fin habían llegado. Para ese momento, Hoseok ya había despertado pero estaba en silencio. No fue hasta que Jungkook habló.

𝕬𝖒𝖔𝖗 𝖎𝖒𝖕𝖔𝖘𝖎𝖇𝖑𝖊/𝕶𝖔𝖔𝖐𝖒𝖎𝖓Where stories live. Discover now