Fantasías eróticas de una mujer cotidiana (+18)

Insinuaciones en la playa

Habíamos comenzado a hablar por el móvil hace poco más de un mes. Al principio sobre nuestros intereses y coincidimos sobre muchas cosas que no son frecuentes, con la poca gente que conoce esa peli, que casualidad que a los dos nos encante. Después comenzamos a tener nuestras propias bromas. Y como no quiere la cosa, una noche se puso caliente la conversación y terminé muy caliente y tocándome.

Finalmente quedamos juntos, que ganas tenía de verle y de besarle. Y cuando nos vimos, hubo un primer momento que parecía que nos íbamos a besar, pero al final nos pudo la timidez y no lo hicimos. Aún así, pasamos una tarde increíble, la misma química que teníamos por móvil, la seguimos en persona. Al final de la noche, me acompañó al autobús y cuando estaba a punto de subir, por fin, se me quedó mirando, merodeó con los brazos y me besó.

El beso y el abrazo se prolongó hasta que la voz del conductor del bus rompió el momento preguntándome si iba a subir. Que frustración sentí, era el último bus, si no, no podía llegar a casa. Me despedí y me subí al bus.

Por suerte, seguimos hablando por el móvil mientras iba en el bus y quedamos al día siguiente en la playa. Y aquí estoy ahora, camino de la playa, de poder verle y besarle todo lo que quiera.

Le veo a lo lejos, esperándome, se acerca a mí y me recibe con un besa apasionado, nos cuesta un rato separarnos. Avanzamos sobre la arena hasta donde vemos un sitio y extendemos las toallas.

Me quito el vestido y noto como el me observa. Lo hago lentamente para provocarle, que ganas tengo de que se acerque. El también se quita la camiseta y se queda en bañador, lo hace deprisa, está ansioso por ponerse conmigo. Me gusta lo que veo, las fotos no engañaban.

Me tumbo boca abajo en la toalla, esperando a ver cual es su siguiente movimiento. Enseguida noto como se tumba a mi lado y me abraza. Tengo la cara hacia abajo y no puede ver mi sonrisa de satisfacción porque no ha podido contener su deseo.

Cuando el agua nos llega hasta el cuello, baja sus manos hasta mis caderas y me gira lentamente, me rodea con sus brazos por encima de mi cintura y me besa, sus labios me acarician suavemente, sus brazos me aprietan contra su cuerpo. 

Siento el calor del sol sobre mis hombros, nuestros labios jugando, el calor de nuestros cuerpos pegados, apretados y el agua fría y húmeda entre mis piernas. Y no es lo único que se está empezando a poner húmedo.

Su lengua entra un poco tímidamente en mi boca y sus manos descienden hasta mi culo y me aprieta más fuerte contra el pasando de sentir el frio del agua asentir el calor de su cuerpo a través de la braga del bikini. El aprovecha la ligereza de mi cuerpo en el agua para moverlo, apretando y aflojando contra su cuerpo con un ritmo lento al principio y luego más rápido.

Yo estoy muy excitada, pero también siento que el lo está, ya que a través de su bañador y mi bikini, dos capas de tela, se la noto dura y como se aprieta contra mis labios a través de las telas, sintiendo la presión de su miembro y luego el frio del agua del mar y otra vez su miembro, según el va moviendo con las manos en mi culo, cada vez más rápido, rodeados de gente en la playa que no se daba cuenta de lo que pasaba debajo del agua. 

Este cambio de frío y calor sobre mi coño y la presión que viene y va, me está poniendo muy cachonda.

Finalmente, mientras los dos estamos pegados, el para, me quita una de sus manos de mi culo y se la lleva a su bañador y se lo baja. No me lo creo, pero por otro lado estoy deseando que pase. 

Sin darme cuenta lanzo un gemido al ver su polla debajo del agua. Ahora sube su mano por mi muslo y me aparte un poco la braguita del bikini y me excito aún más al notar en mi coño el agua fría del mar. Levanta un poco mi cuerpo, como adoro que sea tan fácil moverme en el agua para colocarme de manera que su polla entre lentamente en mi. Y me comienza a mover rítmicamente, rodeados de gente en la playa pensando en que somos simplemente una pareja haciendo mimitos