Entonces...¿quien muerde la almohada?

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Al día siguiente en la escuela el pequeño con sombrero de paja había notado un comportamiento algo extraño de sus compañeros, pues cuando llego Usopp y Nami se notaban algo nerviosos como si quisieran evitar el contacto visual con el contrario, cuando fue con Sanji y Zoro paso algo parecido, los demás parecían esquivarlo por los pasillos para evitar hablar con el.

 Al inicio decidió no darle importancia, sin embargo fue en el receso cuando decidió preguntar que les pasaba.

—¿Oigan hay algo que deba saber? ¿Por qué están tan extraños?

Ninguno contesto, todos se quedaron callados, se notaba su incomodidad pero como podrían ver a su pequeño amigo después de escuchar un par de cositas ayer.

—Bueno Luffy−Hablo Nami pero para su mala suerte la voz de un pelinegro con pecas se hiso presente

—Hola− saludo el chico sonriente mientras se sentaba a un lado de su hermano

Todos se sentían tan nerviosos, ya no podían verlos solo como hermanos después de saber su bien guardado secreto. Pero bueno quien los manda a andar de chismosos.

Por otro lado unos cuantos minutos antes del receso Sabo ya había notado el comportamiento tan extraño de los amigos de su hermano, el comenzó ha crear su hipótesis, buscaba las posibles razones de su actuar. Llegó a una conclusión y aunque el dudaba de eso prefirió ponerlo a prueba.

—Ace, ven tantito− jalo a su novio y lo llevo a rastras cerca de donde estaba su hermano.

—¿Qué pasa? No me jales duele 

—Dramático, mira−lo tomo del mentón para que viera la escena

Al contrario le sorprendió que estuvieran ignorando a su pequeño.

—Tengo una hipótesis pero para confirmarla necesito que vallas con Luffy 

—¿Para que? 

—Dije que me cuestionaras, no verdad así que ve con Luffy

Ace solo asintió, no le gustaba hacer enojar a la rubia, después se ponía como loca y el aun no quería morir.

Cuando Sabo vio que Ace llego con ellos su hipótesis que al inicio pensaba que estaría mal, fue correcta, pero ahora el estaba con la carita roja como tomate. 

La campana toco y todos fueron a sus aulas, y el pequeño Luffy seguía con la duda pues cuando aparentemente le iban a decir llego su hermano.

—¿Para que querías que fuera con Lu? oye porque estas todo ruborizado?

—Te cuento en la casa

—De acuerdo 

Después de clases todos se fueron a sus casas, Luffy se sentía algo decaído pues ninguno de sus amigos le había hablado.

—Tenemos que hablar−hablo el rubio

—¿Sobre lo de hace rato?

—Si

—¿Sobre que cosa?−pregunto Luffy que el no sabia nada 

Sabo se sentó el el sofá y suspiro, era un tanto incomodo pero al final las palabras salieron de su boca.

—Tengo el presentimiento de que ayer tus amigos nos escucharon mientras cogíamos

Los dos pelinegros se quedaron modo tieso, si eso era cierto ahora Luffy entendía el porque lo ignoraban en la escuela, los tres se quedaron el silencio en uno muy incomodo para ser honestos.