(imágenes de referencia puestas por el traductor osea yo:
)Que te jodan, todos perdieron, hoy nos volvemos Tiránidos.
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Sobre los cielos de Terra llegó una fuerte presencia.
Ni siquiera una décima parte del poder de quien vigila desde su palacio inmortal, pero sà su alma, sus méritos, su sabidurÃa y metodologÃas tan legendarias que resonaron en la mente de tantas personas en los terrenos de la humanidad que bien podrÃa serlo. un cercano segundo lugar en grandeza.
Ese sentimiento, por supuesto, traicionó la memoria de aquellos que todavÃa conocÃan los tiempos pasados, los otros primarcas, la Gran Cruzada o incluso lo que realmente habÃa en los tiempos anteriores a la incursión de los nunca nacidos.
Atronadora fue la llegada de Guilliman con toda su fuerza, como si Ultramar en su totalidad se hubiera movilizado para venir a la Tierra, pues habÃa un aviso imposible.
No era que los Necrones aparecieran por todas partes, forzándose a entrar en planetas donde obligarÃan a los humanos a ser sus "aprendices". Ni que los Orkos estuvieran arrasando los dominios imperiales en busca de maridos.
Tampoco es que el Caos lograra solidificar sus lÃneas; El avance de la humanidad se detuvo gracias al poder del nuevo gobernador del inmaterium.
Y no vamos a mencionar a los Eldars.
Lo que habÃa llegado a sus oÃdos fue la mención de un único Custodes poseÃdo, que expresó una invitación.
"Hijo, ven a mis brazos, que las nubes se disiparon, y se reformarán con fuerza, por eso debemos prepararnos para la lluvia".
A diferencia de las divagaciones ininteligibles que llamaban a su psique a entrar en liza para lograr comprender las palabras de su padre; las incoherencias del cadáver que una vez fue el valiente que pisó la Tierra; Estas palabras no fueron alucinantes para los Custodios, fueron como si un simple psÃquico hubiera logrado tomar a un rehén para hablar a través de ellos, fue recogido, el poder imposible del Emperador se reunió en una aguja fina y afilada. para atravesar a simples mortales.
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la estratagema definitiva
Hài hướcTraduccion El Príncipe del Placer utiliza nuestros pecados pasados, nuestras inmensas cantidades de imágenes lascivas, para ganar el Gran Juego. Pero el Emperador logra sacar la victoria de las fauces de la derrota, aunque a un costo: ahora la huma...