La esposa de Hades

Capítulo 2: ¿Puedo ser tu esposo?

Pov Keiko

Apenas y había podido cerrar un ojo en toda la noche, no había parado de sobrepensar desde que desperté del accidente, o mejor dicho, de la sobredosis de Kamila que la llevó prácticamente a la muerte, al menos la de su alma. Afuera del hospital llovía a cántaros y los truenos no paraban de asustarme. Mientras tanto , Hades dormía plácidamente como un bebé, no sé había movido en ningún momento y apenas emitía algún sonido. A horas de la madrugada decidí levantarme e ir al baño para orinar y cuando lavaba mis manos vi mi rostro y apariencia, con más detalle.

Conocía a Kamila a través de revistas y redes sociales,  pero verla tan de cerca aún me causaba impresión, sentía como si estuviese viendo a un fantasma. Kamila era más alta que yo, más pálida y con unos hermosos ojos marrones, su silueta era más delgada que la mía y su cabellera era larga, oscura y ondulada; su cabello era lo que más me gustaba ya que el mio nunca pudo pasar de mi hombro.

Por otra parte me preocupaba mi futuro con Hades, me tendría que casar con él porque así lo habían decidido y aunque yo no quisiera sabía que el dinero de Kamila y Hades era bastante, y yo lo necesitaba, me urgía cambiar la  realidad de las personas que amaba.

Sin embargo, lo que más me impresionaba de todo este caos era el mismísimo Hades. Estaba tan cambiado, ya no era el chico tan inmaduro e imbécil que había conocido en mi adolescencia, ahora era un hombre de negocios responsable y aunque me creyera o no que era Keiko no había hecho un solo chiste sobre mi o sobre mi muerte. Durante los años que lo conocí me había hecho la vida imposible y se había burlado de mi apariencia, de mis habilidades, de mi clase social y de todo lo malo que se pueda imaginar, sin embargo, ahora me daba una sensación complementamente distinta pero aún era imposible recordar sin desagrado todo lo  que vivimos en el Instituto Ceres. No tenía idea de el rumbo que mi vida iba a tomar después de mi muerte pero lo que sí era seguro es que esta nueva etapa tenía el nombre Hadi Maldonado por todas partes.

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1 dia antes del accidente.

La alarma había sonado como de costumbre y nunca había estado tan agradecida de ella ya que había tenido la pesadilla más grotesca y con exceso de detalles de mi vida. Me levanté como de costumbre y después de darme una ducha con agua helada para activarme , Bruno me esperaba en la mesa para degustar el desayuno que papá nos había dejado.

—Veo que a alguien se le pegaron las sábanas hoy—dijo en un tono burlón–, me imagino que pasaste toda la noche hablando con el señor "terciopelo Rojo". Aún con mi ceguera pude sentir una vista romántica y especial cuando ambos hablaban en el mostrador. 

—Jamás tendría una oportunidad con Damian Fabiani–afirmé mientras cortaba mis panqueques–, los chicos como él solo buscan aprovecharse de chicas como yo para llevárselas a la cama. Creen que como no vivimos entre lujos somos super fáciles de impresionar.

—Lo que le pasó a Támara no te va a pasar necesariamente a ti. Ella tuvo la mala suerte de dormir con ese imbécil y quedar embarazada.

—Si algo aprendí en todos los años que estuve en Ceres es que ese tipo de personas jamás se relacionan con gente como nosotros. Los niños ricos de esta ciudad son una porquería.

—Sé que Hades Maldonado te traumatizó y perdiste la capacidad de confiar en ese tipo de personas pero no te cierres a la experiencia de que alguien te quiera y te proteja.

—Bruno—respondí con honestidad—, trabajo desde las 7 hasta las 11 de la noche, debo ayudar a mi padre a pagar las cuentas, apenas y tengo vida social, y no he entrado a la universidad. En mi vida no hay chance para el amor ni para las citas.