Ariel era un chico simpático, alegre y su voz era hermosa, el era hijo de un hombre que llevaba a cargo una tienda de empeños y antigüedades, este hombre tenía otras 6 hijas que eran mayor que Ariel, en los tiempos libres Ariel hacía música con sus hermanas pero si el padre de ellos los descubría o más bien descubría a Ariel cantando junto a sus hermanas lo mataba, bueno talvez no tan exagerado pero le haría algo tan terrible, lo mandaría al ejército...
Ariel le encantaba trabajar en la tienda de antigüedades, porque habían muchos objetos misteriosos, extraños y con mucha historía, además el era un chico muy inteligente que en la escuela siempre llevaba buenas notas, aunque a veces le gustaba escaparse para cantar con sus amigos y amigas en el escenario de su instituto.
Ariel era pelirrojo, ojos azueles, no muy alto, era más o menos flacuchento, sus rasgos faciales y corporales eran delicados así que a veces parecía mujer...
----Ariel----
Hoy me desperté muy temprano para poder arreglar un poco la tienda de mi padre, es sábado y lo único que tenía que hacer en el día era encargarme de la tienda lo cual me gusta mucho, mientras mis hermanas iban a sus clases de canto, como desearía ir con ellas pero mi padre dice que eso es solo para mujeres y que si me encontraba cantando me inscribiría en la escuela militar para que según el me convierta en un verdadero hombre.
Pero yo si soy hombre, aunque ahora que lo recuerdo nunca me he enamorado de una chica ni ha sentido ninguna atracción...
Hoy los únicos que trabajarían en la tienda seríamos Sebastián y yo, ya que mi padre estaba haciendo algunos mandados en la ciudad y se quedaría ahí una semana completa.Sebastián: Hola Ariel, como amaneciste? *dijo mientras entraba a la tienda*
Ariel: Muy bien, gracias y usted?
*Le dije con una sonrisa en mi rostro*Sebastián:Muy bien, gracias. *se me queda viendo por unos segundos* ¿te noto muy feliz, por qué?
Ariel: Es que pronto cumpliré 16 y podré hacer todo lo que quiera.
Después de lo que dije , Sebastián frunció levemente el ceño, le habrá enojado lo que yo dije, bueno no importa, el resto del día fue normal, no ocurrió nada interesante, se puede decir que fue un día muy aburrido.