Justin comenzó a decorar solo, al parecer, sus palabras hicieron efectoen su madre y fue a limpiar una casa diferente a la usual. A su hijo no le gustaba realmente que lo hiciera cuando tenía más oportunidades en otros lugares, donde podrían darle un sueldo estable pero él no era quién para decirlo cuando estaba en la misma situación. En la ventana que daba al pequeño espacio trasero, dejó las tres botas que la ojiazul pagó por él. Se sentía culpable y si su madre se enteraba,
probablemente se desilusionaría del único hijo que le quedaba. El árbol le desagradaba pero seguía dándole el ambiente navideño que necesitaban. Tal vez en target consiga sacar algunas bolas y una estrella para rellenar las feas y deterioradas ramas plásticas, pero esta vez si se aseguraría de que las cosas no se le cayeran y que nadie viera sus actos. Se avergonzaba de que un niña rica le tuviera compasión, lástima o pena.
Preparó chocolate caliente para esperar a Pattie, intentó entender la receta de galletas que solía hacer su madre antes de que pasara lo trágico, pero no se arriesgó a perder el poco de harina y otros materiales que quedaban en la cocina. En la semana entre navidad y año nuevo volvería a cantar a pesar de que sus cuerdas bucales se congelaban y le hacía daño, necesitaban abastecerse con comida y calefacción.
Su madre no llegó hasta las siete de la tarde. Se sujetaba la espalda con una mano pero de igual manera sonreía.
-Mi niño, hice casi quinientos dólares hoy le dijo mientras el castaño la ayudaba con su bolso. Compré algunas cosas para preparar la cena el día de navidad y algo que nos servirá durante dos o tres semanas.
-Sabes que pude haber hecho el dinero yo. Pareces cansada, preparé
algo para ti hizo que se sentara en la mesa de la cocina y calentó
el chocolate. Me resistí a preparar las galletas porque jamás me
quedarán iguales, sin embargo, espero hacerlas contigo antes de noche
buena.
-La última vez que las preparamos fue con Jazmyn-murmuró triste-, pero será entretenido recordar buenos tiempos.
-Ella estará muy feliz de que hagamos cosas en su honor, repetir lo que hacíamos con ella. Nunca tendrá la misma magia pero podemos crear una nueva ahora -por encima de la mesa tomó la mano de su madre. Hoy buscaré algo para el árbol, lo he armado pero siento que hay cosas que le falten. Volveré en la noche porque quiero juntar un poco más de dinero-mintió, volvería más tarde para que no sospechara de sus andanzas.
-Oh, cariño se le aguaron los ojos, todo le recordaba a su hija. Te daré un par de billetes.
-Guárdalos-se negó-, te aseguro que me alcanza para comprar decoración. Prometo que luego pondré mi cien por ciento para conseguir trabajo y no nos faltará nada el próximo año.
-Mi bebé ¿en qué momento te volviste tan grande? -A este punto ya le escurrían las lágrimas. Estoy orgullosa de ti, Justin -al muchacho se le estrujó el estómago, él no se sentía una persona buena. Ha robado un montón de veces y a pesar de que lo dejó, volvió a hacerlo.
-Te amo, mamá -se levantó y besó la frente de la mujer-. Será mejor que me vaya antes de que la gente empiece a irse del centro tomó su guitarra, hoy tenía cero ganas de sentarse por treinta dólares, pero lo que le dijo su madre penetró su mente y por eso no haría maldades de las cuales se podría arrepentir.
-Cuídate y por favor no vuelvas tan tarde, estaré esperándote despierta -le hizo saber, ahora más que nunca quería a su hijo a salvo. Él estaba siendo la fuerza que necesitaba para levantarse y esperaba mantener la energía que tuvo para salir a trabajar y ser la madre de un niño que perdió dos años de su adolescencia por ella.