✧ 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐄𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 | 𝟐𝐡𝐨 ✧

VI.- ✧

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Es la noche más exquisita que Jongho ha tenido desde la última vez que estuvo en el Reino de Adara, se levantan temprano, el desayuno está siendo servido en el comedor.

Hay mucho alboroto, partirán mañana y por lo visto, el caos es presente, muchos soldados alistan sus cosas para partir, un grupo irá con el príncipe Yunho y los otros harán formaciones para acercarse al reino de la Luna por otros caminos, una estrategia perfecta para hacerlos rendirse.

Son llamados nuevamente, está vez a caballería, usarán el día para intentar amaestrar a los caballos que serán sus compañeros, también se les proporcionan armas y se les da la oportunidad de entrenar con una armadura, será un viaje largo y pesado.

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—Yunho, el consejo está molesto por tu decisión, creen que no regresarás, intentan presionarme también, creen que es precipitado que quieras poner un alto al reino de la Luna.

Yunho, ni siquiera le presta atención, mira con odio el escrito del consejo real en el escritorio.

"El príncipe heredo debe contraer matrimonio para tener acceso a la corona, posteriormente debe dar una consiguiente línea de sangre antes de generar conflictos diplomáticos."

—Yunho, ¿Quieres prestar atención?

—Suficiente Yeosang — se levanta, hace puño el escrito —No pueden negarme la corona solo por sus normas estúpidas y lo sabes, no es posible que sepan que los malditos Lunarios quieren quitarnos más de lo que mi padre les daba y escúchame bien Yeosang, yo no soy él y no hay manera que permita que el reino sufra solo por mantener una barata relación diplomática.

— Ellos aseguran que no regresarás vivo, no quiero que te pase nada a tí ni a Hongjoong y tampoco quiero ser Rey.

—No dejes que ellos te metan ideas equivocadas, sé que no dirás nada de lo que sabes que pasará, pero si tus visiones son acertadas, deja que las cosas fluyan, soy el rey y el consejo no va a detenerme, yo soy quién decide que hacer, iré y ganaré Yeosang, tendremos un reino tranquilo.

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La madrugada los saluda, el cielo está nublado, un ligero frío toca sus cuerpos, las carrozas están terminando de ser cargadas con suministros, los caballos están listos para partir y las armaduras plateadas reflejan los destellos de la luna, el caballo que Jongho a elegido es bonito, su pelaje negro es magnífico, le dice en pequeños susurros que lo tratará bien.

Lo más importante que lleva es su relicario, en el trayecto se encargará de tomar hierbas necesarias para cubrir su aroma.

San tampoco parece llevar mucho.

El general Hongjoong revisa junto a personal de la guardía que todas las cargas sean correctas, es demasiado equipaje, aunque tiene sentido, una vez llegado al punto de destino se instalará el campamento.

De un momento a otro el príncipe Yeosang toma presencia, saluda y todo el mundo presente se inclina ante él, se dirige a Hongjoong, este a su vez le comenta todo lo que llevarán en el viaje.

Yeosang mira a todos los hombres trabajando y preparando todo ahí —¿Alguno de ellos se negó a ir con ustedes?

—Solo uno, pero no te preocupes, nos encargamos de ello— el príncipe baja la mirada, no es amante de ese tipo de actos, el general Kim planta un beso en su coronilla.

—Parte de protegerte era hacerlo y lo sabes, es mi deber no solo contigo, lo es con tu hermano y el reino.

— Lo sé, pero... Prométeme que terminando esto no se volveran a tomar rehenes y los harán matarse entré sí.