4.🫀

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(todo esto esta cituado en el pasado)



Hoy era un día muy lindo para el matrimonio Kobayashi-Pérez, sobre todo para Sergio, pues después de 2 años de matrimonio por fin pudieron adoptar a su primer hijo. Originalmente, tenía planeado adoptar a un pequeño bebé para poder criarlo desde cero, pero en cuanto Sergio conoció al pequeño Patricio, cayó rendido ante los encantos del niño, pues le parecía tan inteligente, creativo y siempre hablando de temas interesantes. ¿Cómo decirle que no a aquella linda carita?

"Ven, Pato, ya vinieron por ti", habló aquella chica del orfanato, pues solo les quedaba firmar algunos papeles y oficialmente Patricio sería su hijo.

"Voy, voy", Pato estaba completamente emocionado, pues por fin saldría del orfanato y volvería a tener una nueva familia. Quizás era una familia completamente diferente a la que tenía anteriormente, pero eso no le importaba, pues ahora tendría un nuevo hogar. Además, Sergio era una de las personas más amables y cariñosas que conocía, a su corta edad de 11 años.

"Hola, Patito", le sonríe Sergio. "¿Te gusta que te diga Patito? Si gustas, te puedo llamar de otra manera", Sergio se veía nervioso, ya que quería tener una buena relación con Patricio.

"Me gusta mucho, Patito", le sonríe Pato. Ya había conocido a Sergio, ya que lo habían llevado a visitar la casa de Sergio y Kamui antes de que ellos lo adoptaran. Por eso, le parecía gracioso que el señor Sergio siguiera preguntándole si le gustaba aquel lindo apodo.

"Bueno, nos tenemos que ir, Patito de hule", llegó el esposo de Sergio, Kamui. Era un señor algo raro, pues a veces hacía chistes que nunca daban risa, pero por alguna razón Sergio se reía. También, algunas veces hablaba en japonés y Sergio no le entendía, ya que hablaba muy rápido. Según lo que Sergio le platicó, el señor Kamui se dedica a conducir. Algunas veces lo vio en la televisión, pero siempre miraba aquel carro rojo. A Sergio le gustaría trabajar en lo mismo que Kamui.

"¿Quieres algo de comer antes de llegar a casa?", le preguntó Sergio a Pato mientras le ayudaba con su pequeña mochila.

"Me encantaría, ¿podemos ir por hamburguesas?", preguntó Pato mientras se subía al auto de aquel matrimonio.

"Qué buenos gustos tienes, Pato. A mí también me gustan mucho las hamburguesas", habló Kamui mientras iba conduciendo hacia algún restaurante.

Sergio seguía algo nervioso, así que decidió empezar a platicar con el pequeño.

"Dime, Patito, ¿cómo crees que es tu habitación?" le dijo Sergio. Aunque la habitación de Pato estaba algo decorada, le gustaría empezar a adornar y decorar junto a Patito.

"No sé, me gustaría tener una cama enorme donde dormir horas, pero también me encantaría tener una pista de carreras y una almohada cómoda o de esos peluches gigantes", Pato hablaba animadamente mientras explicaba por qué le gustaría una habitación grande. Decía que si no tenía una habitación grande, no podría invitar a sus amigos. Luego empezó a preguntar si iba a ir a la escuela, pues antes iba a una escuela pero ya no le dejaron ir. Nunca supo qué pasó con sus antiguos amigos.

"¿Qué te gusta más de la escuela?" le pregunta Kamui mientras escucha atentamente la plática de aquel pequeño.

"A mí me gusta mucho pintar y platicar con mis amigos, también me gusta leer, leer es divertido", Pato seguía hablando incluso en el restaurante. Mientras hablaba, Kamui y Sergio lo escuchaban atentamente al mismo tiempo que aportaban un poco a la plática del pequeño Patricio.

Pronto, ya en casa, empezaron a mostrarle a Pato su nueva habitación. Pato estaba tan emocionado por todo que Sergio le ayudó a desempacar sus pocas cosas y en eso encontró un pequeño peluche, lo que parecía ser un conejo con algunas manchitas cafés y un pequeño collar.

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