La Leyenda del Hijo de Poseidón

Capítulo 50: La Profecía Ominosa

ÚLTIMA VEZ:

La momia sonrió. "La Purga Ichor. Soy consciente."

La niebla verde se arremolinó, tomando imágenes de la sala del trono del Olimpo. Frente a mí, seis dioses estaban— los dioses mayores.

#Hades se ve mal en verde.# Alexander comentó como el dios en la imagen dio un paso adelante.

"Los hijos de la guerra se convierten en la ruina del guerrero, hasta la mano de la muerte, un traidor ser asesinado." Hades raspó la voz del oráculo.

Hestia dio el siguiente paso. "La discordia, el miedo y la ira serán consumidos por el fuego de los elegidos."

"Sobre la tierra de la doncella," Demeter raspó. "Los destructores luchan que el mundo debe soportar.

"El enemigo prestará atención a la llamada," dijo Hera. "Por las aguas doradas caerá un hermano."

"El trueno y la tormenta sacudirán al mundo, a medida que se despliega la ira de la espada." Zeus agregó, girando sus brillantes ojos verdes sobre mí.

Hubo una pausa cuando mi padre dio un paso adelante, mirándome fijamente. "Las elecciones del hijo tendrán un precio, la regla del Tridente para hundirse o subir."

La niebla se retiró, dejándome en el ático, mi corazón latía en mi pecho.

La profecía había sido emitida. La caza de los dioses había comenzado.

Ch.50 La Profecía Ominosa

POV PERCY

Débiles rayos de luz solar brillaban contra las tiras de acrílico blanco de la mesa de ping-pong. Clarisse jugó con su daga, usándola como un murciélago para rebotar una pelota de ping-pong naranja. Grover masticó una servilleta, mientras que Annabeth tenía los ojos fijos en la pantalla de su computadora portátil.

"Así que, esta profecía", tragó Bianca mientras todos los ojos se volvían hacia ella. "No dice dónde los encontraremos. En la profecía donde fuimos a liberar a Lady Artemisa, había dicho claramente que deberíamos ir al oeste. Aquí no hay nada. Excepto la tierra de la doncella, lo que eso signifique."

"Eso es porque podrían estar escondiéndose en cualquier lugar", dije, recurriendo a Artemisa y Atenea. "Cualquier idea de cuál es la tierra de la doncella? Ustedes dos son diosas solteras, especialmente Artemisa."

"Disculpe?" Atenea me dio un resplandor ofendido. "Soy tan doncella como Artemis!"

"No quise faltarte el respeto." Levanté las manos, dándole una sonrisa aplacadora. "Pero Artemisa no es solo una diosa doncella, sino también la diosa de las doncellas. Si resulta que hay una tierra de doncella, hay una alta probabilidad de que estén asociados con ella."

"Los únicos dos lugares que se pueden llamar míos son Delos y el palacio en el Olimpo." Artemisa se mordió el labio. "Delos es mi lugar de nacimiento y sagrado para Apolo y para mí. Pero como usted ha informado, mi madre y Lady Rhea están allí."

"Y Apolo y la reina Hera están vigilando constantemente a Delos cada vez que se vuelve visible." Athena dijo. "No puede ser la tierra de la doncella."

"Qué hay del tuyo?" Lo cuestioné. "No podemos perder ninguna posibilidad."