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Mito Uzumaki...". Naruto miró hacia la intrusión en su paseo. Dos personas aparecieron detrás de ellos. Una era un hombre rubio de pelo largo que llevaba un protector metálico en la frente con el símbolo de una hoja. El otro hombre, llevaba la armadura gris del clan uzumaki, junto con una banda similar, la única excepción era que llevaba un remolino. Ambos parecían cansados con su aspecto rudo, y les corría algo de sudor por la cara. "Tenemos noticias urgentes..." Explicó el shinobi de Uzushiogakure.

"Sí, ¿de qué se trata?" Mito lanzó una mirada particular a Naruto, que éste comprendió fácilmente.

Se relajó, sin prestar atención a la conversación. De todas formas, no tenía nada que ver con él, hecho que Mito reconoció obviamente. Tampoco le apetecía lo que pudiera ocurrir si escuchaba.

Así que se alejó un poco y examinó los alrededores de la aldea que le rodeaba. Unos niños corrían por una calle, entrando en una tienda de golosinas cercana. El sol colgaba bajo en el cielo, hecho que le sorprendió. El tiempo parecía haber pasado rápidamente hoy.

Hacía una semana que no estaba aquí. Bueno, consciente al menos. Había llegado a conocer un poco más a Mito y Emi, ya que se alojaba en su casa. Casi todo el día lo había pasado con Mito.

Sólo le habían enseñado la aldea, escoltado por ella y Emi a veces. En su opinión, la hora a la que se despertaban era demasiado temprana. Al parecer, dormir pasadas las diez de la mañana era demasiado "Tardío". Aun así, disfrutó de las vistas de los alrededores de Uzushiogakure.

Había conocido a algunos amigos de Mito, tanto shinobi como civiles. Intentó recordar sus nombres, pues eran muchos. Les gustaba comentar bastante su aspecto exótico. Siempre le dirigían algunas miradas curiosas, ya que era un extraño.

Aparte de los miembros del clan Uzumaki, otros le dirigían miradas cautelosas y calculadoras. También descubrió que en realidad le mantenían cerca de Mito debido a sus habilidades como Shinobi.

Recordando ese hecho, debían averiguar si era capaz de conservar alguna de sus habilidades como ninja. Un plan inminente que le entusiasmaba.

Mito siguió conversando con el dúo. Pensó brevemente de qué se trataba, pero mantuvo la distancia mientras hablaban en voz baja. Varias veces antes, había escuchado otras conversaciones de Mito con sus amigos. Antes le habían recriminado que era de muy mala educación hacerlo, sobre todo cuando se trataba de algo privado. No quería volver a oírlo.

Suspiró mientras observaba a la gente ocuparse de sus asuntos. El aspecto fresco de los edificios a su alrededor. Era un poco extraño, como algo que quería ver desde hacía tiempo. Se lo había contado a Mito. Una vez más, ella dijo que podría tratarse de su posible herencia Uzumaki, parecía encajar lo suficiente.

Había disfrutado del tiempo que pasó con Emi y Mito. Confiaba en ellos. En sus amigos. Sintió que se le quitaba un gran peso de encima. Ni siquiera fue consciente de ello hasta que lo reconoció. Se alegró de ello, por extraño que fuera. Eran amigos. Eso le hizo sonreír.

"Naruto" La voz de Mito lo sacó de su ensueño.

Todavía de espaldas, "¿Hmm?" Vio cómo un niño cruzaba la calle corriendo para reunirse con su madre pelirroja.

"Te pido disculpas profundamente" Su voz sonaba con lo que parecía arrepentimiento.

"¿Por qué?" Se dio la vuelta para ver de qué hablaba. Tenía la palma de la mano a escasos centímetros de la frente. No podía comprender lo que acababa de ocurrir, pero cuando ella le dio un golpecito. Se encontró con la oscuridad.

Un instante después, sintió que se agitaba. Sentía algo extraño en la cabeza, casi al borde del dolor de cabeza, pero no del todo. Como si hubiera dormido una cantidad abismal y aún así se sintiera aturdido al despertarse. O algo así. Abrió los ojos y vio patrones familiares en el techo. Parpadeó una vez más para intentar averiguar qué había ocurrido.

Naruto - Enigmas ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora