El Deseo Insaciable

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En la ventana de una tienda convencional entreví una hermosa recamara

Era perfecta, de doble espacio, de fina madera y acabados preciosos

Sobre ella aguardaba un buen compañero que acolchonaría las noches de cualquiera

Pero que digo las noches, también las tardes de película, jugarretas con almohadas, largas crisis, apasionadas aventuras o simples largos e interminables ratos en el celular

Tenía todo lo que se podría esperar de tan simple mueble,

de hecho, era ese el mueble que quería que me acompañara en la vida, o en los cortos momentos que llamaba vida

¿Por qué disfruto tanto ese lugar?, tan pequeño y aplanado, solitario y privado

¿que no hay todo un mundo al que explorar, tantas lenguas y pensamientos que descubrir, tantos sabores que probar y colores que ver?

Aun así, el anhelo de tener ese pedazo de madera semi cuadrada dentro de mi habitación y sentirlo como mi propiedad, era todo lo que quería.

Entré y la compré. Pacientemente esperé a tenerla en casa y entonces la estrené

Lo que sentí fue tan indescriptiblemente común, que me abrumó, me quemó

era exactamente igual que mi otra cama, solo que un poco menos estética y cara

Es como cuando llevas varios días deseando a una persona, queriendo tenerla entre tus brazos, apapachándola con fuerza para que sepa todo el calor y deseo que emana dentro de ti

Luego, besarla larga y continuamente hasta hartarte, para finalmente desnudarla y penetrarla con agresividad, con la fuerza del deseo que te acompañó en la soledad de las noches anteriores.

Y lo disfrutas, pero justo entonces, mientras estas en la posición de ensueño, << esa que siempre preferimos, la favorita>> es tan sencillo, tan cotidiano que piensas que realmente estar ahí no era para tanto

Es como si ya no fuera especial, o lo es y te gusta, pero piensas, -¡hay cosas mejores!

Sientes que vas a terminar y sufres, porque recuerdas el síntoma de la agobiante abstinencia que tenías antes cuando no poseías a esa persona que esta sumisa frente a ti.

Y el dolor de la abstinencia hace que prolongues el placer porque no quieres dejar ir ese momento que tanto anhelabas, aunque la realidad es que ahora que lo tienes no lo disfrutas

Y al final el sexo termina insípido, ambos incómodos y aburridos después de un orgasmo efímero

porque ninguno fue capaz de permitirse disfrutar y terminar las cosas cuando aún era tiempo

Y ahora ese momento especial, que ya muerto y pasado, fue perdido y desperdiciado, no disfrutado. Y ese deseo creciente de volverlo a hacer, sigue latente, hostigante, aunque ya no quede nada por hacer.

Eso me hace preguntar, ¿vale la pena caminar un camino que al terminar solo me hará sentir peor que cuando no tenía nada, antes de empezar?

vacío y perdido por conseguir algo que constó tanto pero que a la hora de tenerlo fue tan común como cualquier día e inferior a las fantasías que llenaban mi cabeza en soledad

Pienso entonces que la cama que me costó tanto dinero no es tan especial, y la desecho,

Pero no sin antes llamar a esa persona que quiero que calme ese interminable deseo que por ver e imaginar tantas cosas, nadie es capaz de calmar.

El Deseo InsaciableWhere stories live. Discover now