El Más Rechazado | ¿Alguna vez me amaste? [papulince y panafresco]

¡(7)!

[Al día siguiente]

Luis se despertó por el constante sonido de su alarma, dándose cuenta de que porfin le había hecho caso a esa alarma.

'menos regaños para mi' pensó Luis para después sentarse en la orilla de la cama, estirar sus brazos y bostezar. Luego trato de tallarse su ojo, solamente para después alejar su mano emitiendo un quejido de dolor, ayer Ruby lo había dejado con un ojo morado, y claramente eso no era buena señal.

Se empezó a preocupar un poco, ya que tenía dos opciones, 1: se quedaba en casa (y probablemente su madre lo volvería a regañar), o 2: podría ponerse maquillaje o unos lentes para tapar sus ojos.

Decidió aplicarse maquillaje, pero lastimosamente el no tenía y el único maquillaje que había estaba en la habitación de su madre, entonces tendría que escabullirse para tomar un poco.

Elaboró todo su plan, poniéndose un poco en el ojo y en otras partes de su rostro, luego cubrió sus demás heridas con su típico sueter de 'la grasa' que tanto le gustaba.

Tras hacer todo esto, preparó su mochila y su apariencia para salir de casa hacia la escuela.

[En la escuela]

Luis llegó a su salón y busco su respectivo lugar en el aula, y al acercarse para sentarse, se dio cuenta de que Miguel ya estaba ahí, recostado sobre sus brazos y mesa.

—¡Hey papu! ¿Que tal?—Con una sonrisa y una actitud positiva le saludó, sentándose a su lado—

—Este se sobresaltó—'Jueput- ¿¡Me quieres matar del susto!? ¡Literalmente apareciste de la nada!

—Bueno.. estabas dormido así que supongo que no me viste.. aún así, ¡perdón..! No quería asustarte—tenía una sonrisa un poco nerviosa, aunque se veía natural—

—Uhg si.. como sea..—volvió a cubrirse la cara con sus brazos—

Algo que llamo la atención de Luis era que Miguel nunca se quitaba los lentes, como ahora mismo. Simplemente podía quitárselos o subirlos a su frente para que no le estorbaran, pero el contrario no lo hacía.

—Oye papu..—habló con cierta curiosidad en su voz, haciéndola sonar seria—

—levantó su cabeza de nuevo—¿Ahora que quieres?

—¿Porque no te quitas los lentes? Osea.. ¿No se te hace incómodo tenerlos puestos todo el rato? Yo no critico, ¡pero esque además también los traes dentro del salón! ¿Puedo saber porque no te los quitas?—habló, acercándose un poco más a el de lentes—

El otro se sorprendió por la repentina pregunta, haciéndolo sentir nervioso, al parecer era un tema bastante personal.

—E-ehh.. ¡Eso no te importa grasosozz! ¡Los uso porque.. son facheros! S-si.. si, si, ¡Eso!—Se notaba bastante nervioso y alterado—

—¿Me dejarías ver tus ojitos, porfavor?—se acercó, poniendo sus manos juntas y haciendo ojitos de cachorro—

Miguel lo miró, con bastante molestia e incomodidad al verlo tan insistente y cerca.