Sin Competencia -HIATUS-

Capítulo 2

Donde Comenzó la Oscuridad: Dos:

Hacía frío. Realmente frío. Un terrible frío húmedo, encima del frío. Ya arrojó nieve en el suelo en hielo, e hizo que incluso los muñecos de nieve con bufandas alegres parecieran monstruos crueles del ejército de invierno.

La nieve seguía cayendo del oscuro cielo nocturno, pero ya sea por la forma en que cayó o se empapó húmedo y helado del suelo, la nieve del invierno se filtró abismalmente a través de los malditos y escondidos entrenadores de Freak. Sólo Dudley tiene botas de invierno. Freak no tenía botas. O abrigos. O mantas calientes. O incluso camas. Solo los chicos especiales como Dudley los consiguieron.

Freak resopló un suspiro cansado, observando el vapor de la respiración en el aire frío de la noche. No había tenido la intención de tomar tanto tiempo llevando la basura del garaje a la acera delantera, pero había sido tan pesada y difícil de tirar. Honestamente había tratado de ser rápido, pero el tío Vernon lo había encerrado. De nuevo. Freak sabía por experiencia pasada que ninguna cantidad de golpes en la puerta, o lamentos le harían entrar. Tendría que caminar a través de la resbaladiza nieve cubierta de hielo hasta el pequeño cobertizo en el jardín trasero, y esperar la noche.

Poniéndose de pie y resignado a la probabilidad de empaparse los dedos de los pies, Freak se abrió camino por la casa con la cabeza inclinada y los hombros redondeados. Se detuvo para probar la puerta de atrás, pero también estaba cerrada. La luz de la cocina todavía estaba encendida, y eso le dijo que su tía y su tío lo habían encerrado a sabiendas. De nuevo.

Freak soltó otro suspiro sufrido Cansadamente, se volvió y continuó su difícil camino a través del patio oscuro de regreso al pequeño cobertizo de madera donde la tía Petunia guardaba sus suministros de jardinería. Acurrucó los brazos firmemente alrededor de su cuerpo frío, y hizo un poco más de la sensación de nieve fría en lo que solían ser dedos calientes. Dirigiéndose a la parte posterior del cobertizo y las puertas correderas que lo mantenían cerrado, el corazón de Freak se hundió cuando vio la nueva cerradura de latón brillante que brillaba en el mango. Los dedos fríos lo probaron, esperando que estuviera abierto, sabiendo que incluso antes de que se acercara era una tonta y tonta esperanza, más como un milagro si estaba desbloqueado.

No lo fue.

Con un gemido desesperado, Freak se hundió, contra las puertas del cobertizo, la desesperación robando la fuerza de las piernas cansadas. La tía Petunia y el tío Vernon intentaban matarlo. Lo habían dejado deliberadamente en el frío, sin lugar para encontrar refugio. Lo querían muerto. Una sola lágrima escapó de sus ojos cansados, y un suave sollozo le desgarró la garganta. "Freak no quiere morir." Lloró suavemente.

Pero hacía tanto frío, y estaba tan cansado. Se acurrucó, con las rodillas apretadas al cuerpo frío, su suéter de gran tamaño y sus pantalones desnudos empapados por la nieve que aún caía. Cabeza metida en el esternón, Freak trató de oler las lágrimas. Pero era muy frío. ¿Por qué la tía Petunia y el tío Vernon no podían amar a Freak ni siquiera como a Dudders? ¿Por qué tuvieron que odiarlo tanto? Sobs lo atravesó. Sollozos solitarios y desgarradores llenos de angustia.

Freak no tenía idea de cuánto tiempo había estado afuera, ni ninguna conciencia del paso del tiempo desde que se acurrucó en el exterior del pequeño cobertizo. La tormenta de sus lágrimas había pasado, dejándolo aún frío, relleno y adolorido. Ahora era más oscuro, las luces de la cocina estaban apagadas y las sombras ya no tenían que luchar por el dominio. Solo la luna resplandeciente completa de arriba proyecta cualquier resplandor en el mundo de abajo.

Freak notó a distancia cuando el frío dejó de morderlo. Era correcto sobre el momento en que comenzó a sentirse muy somnoliento. Tan cansado, que si dejaba que sus ojos se cerraran, permanecerían cerrados para siempre, y dormiría perfectamente. Todavía estaba, él sabía, muy frío, y él estaba, él entendía, muy húmedo. Pero, no notó nada más en la fría noche de invierno.