Sin Competencia -HIATUS-

Capítulo 8

Sin competencia: 8 - Dragones como mascotas. No exactamente recomendado.

La Reserva de la Cuenca de La Om en Rumania fue tal como fue nombrada, una reserva de dragones ubicada en las cuencas de las montañas Piatra Craiului. Era un hermoso y amplio valle verde, y estaba muy protegido para mantener alejados a los excursionistas muggles, o esquiadores insensatos que tendían a pasear por las montañas de los Cárpatos. Ocasionalmente, uno pasó por encima de las salas –, pero los manipuladores de dragones en La Om eran bastante hábiles para encontrar a estas personas, ya que inevitablemente se encontraron con un dragón y comenzarían a gritar sus tontas cabezas apagado - y los manipuladores de dragones fueron entrenados para ignorar cualquier recuerdo de los dragones en estos tontos gritando. Todas las quemaduras ganadas se convirtieron en recuerdos de un muy buen momento con el juego Twister hecho ebrio, y con una mala coordinación en una alfombra naranja particularmente fea.

Los balnearios termales naturales se ubicaban en medio de la reserva, y eran muy bien disfrutados por los manipuladores de dragones y, en verdad, por los propios dragones. El truco era que los manipuladores de dragones tenían que salir de los spas termales cuando un dragón estaba llegando – nadie estaba seguro de qué te mataría primero– tener todo el peso de un dragón sobre tu cuerpo, o ahogarse, atrapado en el fondo de las aguas con un dragón encima de ti. Lamentablemente, ninguno de los manipuladores tenía un hueso científico en su cuerpo, o un deseo de encontrar la respuesta a ese misterio.

Las montañas, que se elevaban alrededor de la cuenca, servían a la reserva al proporcionar un muro y ofrecer cuevas profundas. Varias especies de dragones hicieron sus hogares en esas cavernas, y aunque muchos manipuladores de dragones picaban para explorar, ninguno de ellos era lo suficientemente imprudente como para hacerlo.

Para los magos que hicieron su deber de cuidar y proteger a los dragones, habitaban en chozas de madera que estaban fuertemente fortificadas con protecciones rúnicas contra incendios y plagas. Esas chozas se extendieron para crear un pequeño pueblo circular al pie del Monte Lo Om, un poco lejos de la reserva, pero lo suficientemente cerca como para que un dragón realmente enojado pudiera atacar sin demasiados problemas. La paz entre dragones y manipuladores era, en el mejor de los casos, frágil. Los manipuladores servían a los dragones, y los dragones consideraban no comerlos.

Dado todo eso, y las inclinaciones de los dragones en general, los visitantes de la Reserva de la Cuenca de La Om eran raros. Como en, casi inexistente. Otros manejadores de dragones, funcionarios del ministerio y el extraño estudiante de Scholomance, pero en general...una reserva de dragones no era una atracción turística. Lo cual fue bueno. Ciertamente no tenían un hotel o un restaurante para ofrecer. Sin embargo, tenían un bar muy abastecido.

Y, por supuesto, los turistas que se subieron a una escoba y volaron hasta el más temperamental de los dragones y comenzaron a silbarles fueron...uh, bueno, esto nunca había sucedido antes. Y ninguno de los manejadores sabía exactamente qué hacer, aparte de mirar y mirar.

"Lo comerán." Ally temía, retorciéndose las manos mientras veía a Harry revolotear alrededor de la cara de un Ridgeback noruego particularmente feroz. "Oh, esta es una mala, mala idea." Ella giró, las revistas que hablaban de la reserva rodaron en su mano y la usaron para abofetear al Lich con fuerza. "Esto es TU culpa. Qué tenía de malo llevarlo a Disney o algo así?"

El Lich los había acompañado, pero lo había hecho vestido con un glamour elaborado. Para cualquier ojo mortal apareció un caballero japonés, con el pelo largo y oscuro brillante atado con corbata de cuero negro simple. y un marco fuerte, inusualmente más alto de lo normal, solo suspiró. "Hadrian quería ver dragones y volar. Míralo, Allison, está bien. Los dragones no están siendo agresivos."