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La comida había fluido de una manera "normal" Seungmin no dejaba de pensar en las palabras dichas por aquel hombre y sobre todo en la mirada que no podía pasar desapercibida, quería creer que era su imaginación y que realmente todo estaba siendo un producto de su cabeza, pero ¿Por qué su cabeza crearía esa clase de cosas?

Sentía tanta curiosidad.

Los días pasaban tan lento, como rápido, era tan extraño. Seungmin iba a la escuela y después al refugio, veía a sus amigos, y entonces algo paso.

Una tarde algo nublada, la recuerda muy bien Seungmin. Su padrastro entro por la puerta del refugio, con una sonrisa enorme y entonces detrás de él, venia otra persona.

—Hola Seungmin, ¿Cómo va todo? —Pregunto el hombre, mientras Seungmin pasaba sus ojos de el rubio de pecas, al rubio cenizo que sonreía tan... su lengua estaba colocada en su mejilla y veía todo con curiosidad.

—To...Todo va bien, Amm... ¿Qué tal ustedes? —Pregunto el muchacho mientras se sentaba de manera mas recta. Chan lo miro de pies a cabeza, mirando como su cintura era bien contorneada con el pantalón, sus caderas anchas y sus muslos tan gruesos. Su mirada dulce y angelical sus labios rosáceos y algo lastimados debido a la forma en que los muerde al hacer sus tareas o por jalarse aquellos pedacitos de piel que salían en tan hermosos labios, su cuello blanquecino y limpio, Seungmin era como una hoja en blanco, algo que necesitaba llevar pintura y un poco de color.

—Muy bien cielo, de hecho quería decirte que Chan te ayudara aquí unos días, en lo que lo aceptan en otros trabajos. —Hablo Felix mientras colocaba a su lado a Chan, Seungmin sintió como su saliva se atoraba en su garganta.

—Si ya vez lo complicado que puede ser encontrar trabajo después de haber estado en ese nido de ratas. —Hablo Chan mientras se aceraba al mostrador donde estaba Seungmin.

—Oh, eso... si, supongo. —Dijo nerviosamente Seungmin, Felix le sonrió dulcemente al muchacho.

—Bueno cielo, le enseñare el lugar a Chan y sus tareas. —Seungmin asintió y miro irse a su padrastro, sintiendo la mirada penetrante de Chan.

Sintió los colores subirse a su cara, y soltó un jadeo al sentir que estaba solo, ¿Qué carajos le pasaba? Ya no era un adolescente hormonal, tenia veintidós años, podía soportar estar cerca de aquel atractivo hombre.

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No, definitivamente no podía. Estaba volviéndose loco, mirarlo acomodar las puertas debido a que algunas rechinaban, verlo cargar los costales de la comida para los perritos, verlo reparar cualquier cosa que le hiciera arremangarse su ropa y ver sus brazos fuertes.

Últimamente mas mujeres venían al refugio solo a mirar a su tío Seungmin siempre fruncia el ceño, solo iba a mirar al hombre, no quería adoptar ningún animalito o dar una donación para que el refugio siguiera activo.

Se volvía frustrante ver tanta mujer si nada que hacer, se volvía cansado y aburrido. Sabia la rutina en cuanto su tío pasaba aquella puerta, a los cinco minutos tres o cuatro mujeres entraban al lugar para preguntar cosas estúpidas, desde ¿esto es un refugio? A ¿Aquí hay perros? ¿Es de animales dosmeticos?

El problema no eran las preguntas, el problema era que ignoraban por completo al chico que siempre estaba en el mostrador e iban directamente al hombre de playera sin mangas que reparaba las jaulas de los cuyos.

La tarde parecía no ser buena, la lluvia no tardaría eso significa colocar el techo y poner muchas cobijas para que los perritos no pasaran frio, Chan y Seungmin colocaron todo para la lluvia, pero cuando por fin terminaron la tormenta comenzó.

Seungmin soltó un suspiro, sabiendo que el mayor no había traído el auto y que salir en esa tormenta podría ser un problema.

—Podemos esperar a que pare un poco y pedir un taxi. —Dijo el mayor mientras se cruzaba de brazos. Seungmin asintió mientras bajaba las cortinas y colocaba el letrero de cerrado.

—Bueno, podemos tomar un café mientras...—Dijo Seungmin mientras veía al mayor sentarse en uno de los sofás que estaba en la sala de espera.

Chan miro como las cortinas estaban completamente abajo, el chico le daba la espalda mientras colocaba el café en la cafetera, sonrió de lado y se levanto con mucho cuidado de su lugar, se colocó detrás del muchacho, el cual sintió su cabello de la nuca erizarse al sentir aquella exhalación del hombre.

—Podemos hacer algo mas que solo tomar café...—Susurro el hombre, mientras sus manos pasaban por la cadera del menor, el cual salto en su lugar y trago grueso.

—¿Qué podríamos hacer? —Pregunto con voz algo aguda y pausada el muchacho.

Chan apreto las caderas del menor en sus manos, Seungmin soltó un jadeo muy bajo, y por inercia su cuerpo se arqueo, haciendo que sus nalgas se apegaran mas a la entre pierna del mayor.

—Oh, mi pequeño sobrino es demasiado dulce...—Dijo Chan pasando sus labios por la mejilla del menor, el cual cerraba los ojos y apretaba los dientes. La entre pierna del mayor se friccionaba en él, su vista estaba nublada y su mente no carburaba lo que estaba pasando. —Es tan dulce que se fricciona sola en mi polla...

Seungmin soltó un jadeo. ¿Qué estaba pasando? Su cuerpo estaba actuando por si solo, porque solo se friccionaba mas en la polla del mayor, podía sentirla a pesar de que estaba dentro de su pantalón.

Chan sonreía ante la forma en que tenia al mas joven. Mierda como le gustaba, era tan dulce e inocente, quería destruirlo, quería verlo berrear, verlo ser todo un necesito por él, quería poseerlo, quería todo con aquel muchacho, y nadie se lo iba impedir, ni la promesa que tenia con su hermano de ser buen portado, ni su cuñado padre de la hermosa criatura que apretaba la barra para sostenerse bien, mientras jadeaba y tenía esas hermosas mejillas rojas.

—Eres tan hermoso... serás solo mío. —Dijo el mayor en la oreja del mas joven. 

INSECT LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora