; 04

101 8 12
                                    

Ya era de noche. Claudia y Claudio se pusieron a hablar sobre la discusión de hace un momento, pero ahora más tranquilos.

- Jorge es solo un amigo, deja de pensar esas cosas de nuevo - dijo Claudia mientras se cruzaba de brazos.

- Perdón, es que... de la nada te volviste súper amiga suya - Claudio explicaba lo que sentía y Claudia solo suspiraba.

- Claudio Alejandro - esta vez Claudio se asustó un poco, jamás antes lo habían tratado por sus dos nombres.

- ¡Deja de decir estupideces! El hombre al que yo amo eres tú - Claudia se dirigió a su mejilla y le dio un beso.

- Olvida esas cosas, ¿sí? - Se iba a ir, pero de inmediato Claudio la agarró y comenzó a hacerle cosquillas.

- ¡Pff! ¡Yaaa! - Claudia se reía mientras intentaba alejarse de su novio.

- ¡Para! ¡Jajaja! - Así siguieron hasta que Claudia comenzó a llorar de risa y eso provocó que Claudio también se riera.

- ¿No estás enojada conmigo? - dijo Claudio.

- Nunca estuve enojada, Claudio - respondió la chica mientras se limpiaba las lágrimas y regulaba la respiración.

- Es que, como te vas tan temprano... - Claudio parecía un perro viendo a su dueño irse de casa.

- Volveré en la noche, cuídate - se despidió Claudia golpeando suavemente su hombro y se fue.

La hora avanzaba y ellos, junto a Miguel, llegaron al mismo tiempo.

- ¿Y Jorge? - preguntó Miguel.

- Creí que vendría contigo - respondió Claudio.

- Seguro que se quedó dormido o ya viene - dijo Miguel. La pareja le dio la razón y se quedaron conversando hasta que una silueta bastante conocida se acercaba a ellos.

- ¡Jorge, llegaste! - dijo Claudia feliz. Estaba con un vestido negro y tacones.

- Sí, pero creo que me quedaré un rato nada más - Jorge estaba de mejor ánimo, al igual que Claudio e incluso Miguel. ¡Esto parecía que iba a salir todo perfecto!

El ambiente se ponía cada vez más caluroso, y era obvio, pues era una fiesta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El ambiente se ponía cada vez más caluroso, y era obvio, pues era una fiesta. Miguel y Claudio se quedaron conversando junto a Claudia. Me gustó pasar tiempo a solas con ella, no es mala persona ni nada parecido. El malo soy yo al sentir enojo por ver la mano de Claudio pasar por su cintura para acercarla hacia su cuerpo. Dios, lo que daría por ser ella. Pero aunque fuese mujer, tampoco me haría caso.

Jorge fue a buscar alcohol y se quedó en sus pensamientos, los cuales fueron interrumpidos por una chica que pasaba por ahí y lo vio.

- Hola, ¿quién eres? - preguntó una chica. Era el contraste de lo que era Claudia; ella era morena, de ojos miel y pelo negro.

⌗𝐏𝐫𝐞𝐣𝐮𝐢𝐜𝐢𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora