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-Ven, mi amorcito- Dijo tomándolo por debajo de los bracitos para sacarlo del asiento del copiloto y pasarlo a su lado después de haberle quitado el cinturón de seguridad.

Cuando ya lo tuvo encima suyo abrió la puerta de la camioneta y salió con el menor en brazos. Tomó su mochilita y sus cosas para ir al ascensor del parqueadero y subir a su oficina.

..

- Camina ¿quieres?. No has estirado las piernas mucho hoy, bebé- Dijo sonriendo disimuladamente al jugar con el omeguita quien llevaba 2 minutos en el suelo de camino a la oficina de Jungkook y ya rogaba por ser alzado otra vez.

-Mhh, papii- dijo colgándose de la mano que tenía agarrada del mayor y recostandose en su cadera para impedir que siguiera caminando.

-Es broma, dulzura. ¿cómo no voy a cargar a mi bebito?- lo tomó de nuevo en brazos y lo sintió ronronear al abrazarlo.

- Buenos días, señor Jeon - decían los empleados con los que se cruzaba en su camino.

- Bueno días. Necesito que me muestren la promesa para el negocio con el hospital internacional- se dirigió a una chica muy elegante que usaba una falda larga y unos tacones que la hacían caminar como pato según el pequeño Tae.

- Si, señor. La tendrá en su oficina a más tardar a las 10 - Hizo una reverencia y siguió su camino

-Te traje fruta, principe ¿Que otra cosa quieres comer? -

Entraron por fin a la oficina y el alfa dejó sus cosas junto a su saco en el sofá para irse a sentar en la silla de cuero detrás del escritorio con el menor aún abrazándolo. —Yo no sé ¿Qué voy a comer, alfita? —

— Eso te estoy preguntando, corazón. Pide lo que quieras hoy — acarició su carita con delicadeza quitando su flequillo de sus ojitos.

— Mm...ga-galletas ¿S-si?— hizo los mejores ojitos tristes que pudo. No quería pedirle mucho a su alfa y no quería que pensara que era caprichoso pero en serio quería unas galletitas ahora.

Gruñó no muy de acuerdo con la idea pero al mismo tiempo juguetón, de igual forma ya no podía hacer nada ya que le había dicho que le pidiera lo que se le antojara y quería consentir a su bebé. — Está bien, cachorrito. Y otro bibi ¿Quieres?—

— ¡Si, kookie!— metió su carita entre el cuello del alfa y ronroneó meloso. Enredó sus deditos en el cabello de la nuca del alfa jugando con él.

De verdad amaba a su kookie y era obvio que el alfa también adoraba a su pequeño novio...

Pasados 5 minutos llamaron a la puerta cuando un chico llegó con la “comida" del omega.

— Siga—  dijo Harry al escuchar al otro omega tocar

Entró y dejó una bandeja en el escritorio del alfa.
— gracias — dijo en un tímido susurro el niño

cuando se retiró el chico el alfa tomó la bandeja y se levantó con el omeguita para llevarlo a la pequeña sala que tenía dentro de la oficina, puso todo en la mesa de centro y sentó al omeguita en el suelo muy cerca de esta con la espalda apoyada en el sofá.

— Come, muñeco — Le dejó una caricia en la mejilla y fue a sumergirse en su trabajo.

Tae simplemente le hizo caso y se dispuso a disfrutar de lo que tenía en frente.

El Omega por lo general comía demasiado lento a menos que lo alimentara kook ya que el solito se distraía o se ponía a jugar y hoy no fue la excepción y esto al alfa lo agradecía. No era que no quisiera estar con su bebé pero en serio tenía varias cosas que hacer y necesitaba estar concentrado.

Mi cachorritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora