Tintín, tintín.
La campana de la puerta sonó. Sergio adoraba como sonaba, sobre todo cuando era temprano en la mañana y la biblioteca se veía viva y con un aroma a madera. Una vez dentro sabías que ibas a tener un buen día. Y el día comenzaba con una sonrisa. Una hermosa sonrisa que lo recibía todas las veces que ponía un pie en ese lugar. Y unos ojos tan azules que Sergio parecía nadar en ellos, un viaje por el mar, la brisa pasando por su cara. Una energía era libre, armoniosa, con su presencia te sentías seguro. El corazón de Sergio no aguantaba demasiado cuando se miraban a los ojos, su respiración se acortaba y su lengua se trababa, pero no importaba porque él siempre sería paciente y sonreiría amablemente diciendo 'no te preocupes, lo entiendo perfectamente.'
Esa mañana Sergio fue a comprar un libro. Se daba unas vueltas por los pasillos, de vez en cuando robándole una mirada al joven del mesón, quien estaba sentado leyendo tranquilamente. Sergio tomaba cualquier libro que tuviera buena portada, la verdad es que solo ha leído cinco libros en su vida y no estaba en esa librería para complementar su historial de lectura, sus razones eran otras. Cada vez más lograba compartir más palabras con el joven, al inicio eran solo unos saludos, después hablaban un poco de los libros –Sergio adoraba la forma en que hablaba de libros– y finalmente compartieron sus nombres. 'Soy Max Verstappen.' Max. El corazón de Sergio se aceleraba cada vez que escuchaba su nombre. Lo que sentía era honesto e inocente y tenía muchas ganas de poder compartir más con él pero quedarse mucho tiempo en la tienda podría ser un poco sospechoso o incluso molestoso –Sergio vive pensando que es una molestia para el resto–. Aunque sabía muy dentro de sí que Max nunca se molestaría, tenía un hermoso corazón.
Sergio sacó un libro aleatorio que le llamó la atención y se acercó al mesón, Max estaba tan inmerso en su libro que no se percató de la presencia del castaño. Sergio carraspeó su garganta para llamarle la atención. Unos hermosos ojos azules se cruzaron con los suyos, Sergio aguantó la respiración.
Max le regaló una linda sonrisa y dijo, "Sergio, ¿cómo estás?"
Sergio controló su respiración y contestó, "Bien, gracias. ¿Qué tal tú?"
"Increíble ahora que te veo. Siempre es bueno ver una cara conocida. Temía no verte este día, llegaste un poco más tarde de lo usual."
Por esa razón le gustaba tanto Max Verstappen. Siempre fue muy detallista y observador, se acordaba de su nombre completo, su edad, su país de origen, su profesión e incluso la hora en que llegaba, todo eso hacía al corazón de Sergio latir con fuerza.
El castaño sonrió, la verdad es que esa mañana se despertó algo cansado, por eso llegó un poco tarde.
"Sí, caminé un poco lento esta mañana."
"¿Por qué? ¿Estás herido?" Max estaba genuinamente preocupado.
Sergio negó con la cabeza y dijo, "Estoy bien, solo algo cansado."
"Gracias por venir a la tienda de todas formas, espero que esta conversación te ayude en algo."
"Me ayuda bastante, gracias Max."
El rubio le sonrió amablemente y tomó el libro que Sergio había elegido.
"Hermann Hesse. Demian. Un buen libro, ¿lo has leído antes?" Sergio negó con la cabeza. "Es un libro que te matará un poco la cabeza, pero también te dejará cuestionando muchas cosas, sobre todo tu fe. Personalmente, es uno de mis favoritos, es curioso que lo quieras leer."
"¿Por qué curioso?"
Max cerró un poco los ojos y dijo, "Mmm, siento que a ti te gustan más los libros de romance. Además los únicos libros que has leído son de romance."
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Messages (Chestappen one Shot)
FanfictionSergio siempre compra libros en la misma librería para ver a Max. Angst one shot. (10/?)