4- Fraudes

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Había pasado tiempo, entre compras, mudanzas de las cosas que compre para mi pequeña y para mí, e inclusive investigaciones, aunque claro de eso se encargaban los abogados: Gisella y Leandro.

Los días me parecían el triple de cansados, no podía hacer mucha fuerza o caminar mucho, porque ya andaba hiperventilando, según como me indico el doctor hace unos días, faltaban solo dos semanas para el nacimiento.

¿Tenía miedo? Obvio si, después de todo soy mamá primeriza, no me imagino a un bebé saliendo de mi florecita ¿como puede un bebé salir por ese lugar tan estrecho? De solo pensar que me contarán se me pone la piel de gallina.

-- Fiorellina, muchacha apúrate, que Leandro ya me ha llamado tres veces diciendo que ya está ahí.

-- Si, si, ya voy.- musitó poniéndome de pie con la ayuda del reposabrazos.

                            𓆉𓆝 𓆟 𓆞 𓆝 𓆟𓇼

-- ¡Aquí!- Leandro alza la mano cuando entramos al local.- Hola, señoritas.- nos saluda.

Gisella le da un abrazo cariñoso con un beso en la mejilla, y toma asiento.

-- Hola- le sonrió con un suave asentimiento de cabeza, el jala la silla para atras para que me siente- gracias Lea.

Espera... ¿Es mi imaginación o acabo de ver un leve sonrojo en sus mejillas cuando dije su nombre en diminutivo?

El nota la mirada que le dedicó, carraspea tomando asiento.

-- A lo que venimos, vera... Estoy dispuesto a ayudarla pero... Con una condición.

Achico los ojos a la expectativa.

-- ¿Cuál es esa condición?

-- Que espere a que la niña nazca y cumpla cinco meses.

Resopló por la nariz, no estando de acuerdo con su pedido.

Gisella que hasta este momento se había mantenido callada a mi lado, me pone una mano en el hombro haciendo que voltee a mirarla.

-- Tienes que aceptar, no podemos ponerte a ti ni a la bebé en riesgo, ya estás en las últimas dos semanas.

Suspiró sabiendo que tienen razón no puedo poner en riesgo a mi pequeña, ella es lo más importante para mí, la venganza tendrá que esperar un poco.

-- Está bien, tendré paciencia- veo como los dos suspiran aliviados como que si temieran a qué me hubiera negado- no soy tan terca ¿Verdad?- Gisella mira a otro lado haciéndose la loca, está vez miro a Leandro- ¿Leandro?

-- Con todo respeto en este mes y algo más que llevo de conocerla he llegado a notar que es muy terca- dice Leandro con una sonrisa divertida.

Abro mi boca con indignación, mirándolo como quien me ha hecho la peor de las traiciones, mientras cierta chica a mi lado suelta una risa poco disimulada, haciendo que le de una colleja.

-- ¡Auch! Ni porque estás embarazada dejas de ser tan agresiva- me mira con reproche.

-- Acepto la condición pero quiero que no pauses la investigación sobre los fraudes en los que participo Marcos y consigas todas las pruebas que se necesiten para hundirlo.- Leandro asiente ante mi petición.

-- He investigado más cosas de las que esperaba en este tiempo de hecho, he logrado conseguir información de quienes lo han apoyado en eso, esas personas son los empresarios Felipe Narvez y Gero Lombardi ¿Te suenan? ¿Los has conocido?

Pienso un momento tratando de hacer memoria, la verdad no recuerdo haber hablado con ellos pero si que los he expiado hablando con Marcos en su oficina pero nunca me llegaron a ver.

-- Los he visto si, pero no he cruzado palabras con ellos ni tampoco me conocen.

-- Perfecto, así es mejor ya que así el riesgo es menor. Y con todo esto, las pruebas las tengo en un pendrive, tengo incluso una grabación de el hablando con esos dos en su oficina, logre hackear las cámaras de esa casa pero habían borrado todo solo habia esa grabación.

-- ¿Eso quiere decir que esa conversación fue reciente?

-- Exacto, en esa grabación hay demasiada información. La suficiente para ir preso por un largo tiempo.- sonrió escuchando cada palabra- Así que Fiorellina prepárate porque cuando vuelvas... Será para encarcelarlo directamente.

Amor consumado ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora