Las gotas de lluvia golpeaban la ventana del apartamento que compartía con su compañero de casa, éstas generaban pequeños ruidos sumamente tranquilizadores, Alexis la analizaba muy bien, recostado en el sofá de terciopelo color carmín. Estaba esperando ansiosamente y pacientemente a que su "amigo" regresara de la universidad, realmente odiaba las largas horas que Borja tenía los viernes, al joven de cabello negro realmente le molestaba esperarlo tan tarde, tal vez tener su turno de noche estaba tan jodido para ambos.
El joven jugueteaba con sus dedos, su expresión aburrida mostraba que se estaba cansando de esperar mientras los dedos de sus pies descalzos se movían desesperadamente, quería a Borja, su Borja, lo extrañaba bastante (aunque fueran solo unas pocas horas) y realmente quería sentir los pequeños besos que a veces el mayor le daba en la mejilla si lo merecía. Sí, al híbrido le encantaba hacer las cosas que el peli castaño le pedía, principalmente por las recompensas que recibía por hacerlas, y el hecho de que Alex fuera tan obediente no era algo que Borja desperdiciara.
Sus orejas se pusieron alerta al escuchar abrirse la puerta de entrada, con movimientos torpes pero rápidos se levantó del sofá y, a pesar de estar descalzo, corrió a recibir con un abrazo a su compañero, sintiéndose casi al instante un poco empapado en agua, él se apartó instantáneamente y lo miró durante unos segundos antes de regañarlo.
- Te dije que llevaras un paraguas. - Se quejó suavemente, sintiendo la mirada del ojirubí mientras apretaba su remera que apenas estaba mojada, haciéndola un poco apegada a su cuerpo, dejando al descubierto su pecho más bien plano y sus pezones un poco notorios por el contacto del agua helada del exterior.
-Sabes que no me gusta llevar cosas de más, Alex. - Ríe suavemente, acercando sus labios a la mejilla ajena para plantar un besito, logrando un pequeño escalofrío por parte del otro chico. - Tus labios están fríos, Borja. - Masajeó el pelinegro esa zona donde fue besada, dramatizando la situación, el castaño soltó otra risa, sin quitar su vista de aquellos pezones marcados que le llamaron la atención, disimulando un poco.- Caliéntame los labios, entonces. - Decía con firmeza, dando a entender un mensaje que logró que el pequeño cuerpo de Alexis se estremezca, mientras dejaba su mochila en el suelo y se quitaba el saco que lo cubría del frío, las temperaturas en esa estación estaban bastante bajas. - Eres un cochino, Vlogs. - Se alejó riendo un poco, con las mejillas coloradas ante lo dicho, realmente quisiera calentarle los labios de una buena besuqueada. - Tan temprano y andas cachondo, no, no, no, así no se puede. - Escuchó la risa del castaño a lo lejos luego de decir eso.
Ambos jóvenes comieron mientras charlaban, y cuando acabaron, decidieron regalarse una pequeña sesión de besitos antes de empezar a realizar la responsabilidades de cada uno.
- No te muevas tanto. - Tomó la cadera ajena, intentando que el menor dejara de moverse encima suyo. Alex hizo un pequeño puchero, intentaba calentar al mayor de alguna otra forma, quería tener más contacto con el mayor, no tenían eso hace bastante y se estaba desesperando. - No quiero besos. - Dijo el pelinegro, manteniendo esa carita inocente.
- ¿Qué quieres entonces?
- Quiero que me folles. - Dijo apenas, con un tono nervioso, pero se notaba las ansias de hacerlo en sus ojitos, sus mejillas se colorearon levemente por ver el rostro ajeno, un poco sorprendido y medianamente sonrojado, Luzu analizo la respuesta, dudó unos segundos, luego soltó una risa suave, comenzando a masajear aquella cintura y lentamente bajar sus manos hasta el trasero ajeno, logrando que Nevadas en respuesta de un sobresalto leve aquello, sus provocaciones habían funcionado fácilmente, reconocía que Borja no podia resistirse a él, cómo no, teniendo a un chico bonito a su merced, era la gloria para el de ojos colorados.