Pov Chiara:
- Te metes en líos tú - Afirme desde de la barra de la cafetería de María, porque sí, este domingo me tocaba cubrir un turno de día y lo que menos me esperaba era salir del almacén y encontrarme a Violeta de espaldas sosteniendo una acalorada conversación con alguien en su teléfono. No quería espiar, lo juro pero es que estaba allí y ella muy bajito tampoco estaba hablando.- ¿Chiara? ¿Qué haces aquí?
- Aquí trabajo - Dije sonriendo - Te metes en líos -Repetí y me miró confusa -Con las tías, digo. Te escuché hablando por teléfono - No me iba a disculpar.
- ¿Me escuchaste?
- Es mi trabajo - Dije rotunda
- Ahora trabajas espiándome
- Perdona, tú has venido solita, y mi trabajo no es espiar, pero si no te hubiese escuchado no sabría que necesitas que te invite a un café
- Como invites a todo el mundo ya veremos como vamos a pagar el piso.
- Solo invito a las chicas guapas.
- ¿Te parezco guapa? - Dijo levantando una ceja.
- ¿Quieres el café o no? - La miré igual.
- Si te sientas conmigo sí. No hay nadie - Dijo escaneando la cafetería.
- No lo sé eh, que si María viene y me ve de cháchara seguro me cae un regaño. - Asintió divertida
- Pues me lo tomo en la barra entonces. Necesito conocer a mi compi de piso.
- Estás asumiendo que nos vamos a mudar y ni me conoces ni sabes si nos va a gustar el piso.
- Calla, nos va a gustar, es perfecto,lo de mañana es mero formalismo.
Y con Violeta todo era así, simple, sin muchas vueltas, con soluciones muy rápidas.
Después de ver el piso, fue un sí rotundo, era perfecto, en una calle lo suficientemente céntrica pero tranquila, estábamos encantadas y un poco apresuradas por hacerlo nuestro. Tan apresuradas que el primer día dormimos juntas en un colchón hinchable porque nuestras camas llegarían al día siguiente y no pudimos aguantarnos un día más para estrenar nuestro piso. Ese primer día, cuando terminamos de ordenar todo y nos tomamos una cerveza en la cocina, sentí que había hecho bien al aceptar la propuesta de Violeta a pesar del vértigo que me provocaba, sentí aquella era mi casa. Mi refugio en el mundo.
La mudanza fue bastante rápida. Juanjo, un amigo de Violeta y Alex, nos ayudaron con nuestras pertenencias y ya os digo, después de subir la primera caja nos sentíamos prácticamente instaladas.
La primera semana de convivencia fue... rara, si tengo que definirla, esa es la única palabra que tengo que usar: rara. Pero no rara mal, de hecho rara muy bien.
En Violeta encontré una persona que me entendía siendo simplemente yo y eso en mi mundo es algo bastante difícil. Sus amigos se convirtieron en mis amigos y mis amigos en los suyos.
El piso se llenó de vinilos, libros, de cactus, plantas que sobrevivían mágicamente a nuestras pésimas atenciones. En un momento nos obsesionamos un poco con las pizarras y los murales, teníamos la pizarra de la cocina, de esa ya hablaremos, pero teníamos un pequeño mural en medio del pasillo que lleva a las habitaciones donde colgábamos las caricaturas que todos nuestros amigos, conocidos y personas random que pasaban por casa dibujaban de las dos.
Con Violeta crecí mucho, crecimos juntas y eso fue lo más bonito de todo, crecer como persona junto a ella y también como profesionales. Violeta estaba a punto de terminar su grado en comunicación audiovisual mientras a mi me quedaba un poco más, trabajábamos como camareras las dos... así que nuestra nevera solía mostrar un paisaje desolador a ratos y por eso al poco tiempo de mudarnos decidimos comprar esa pizarra para no olvidar hacer la lista de la compra. Que ya os digo, Violeta ve cualquier superficie en la que pueda escribir y la deja llena de notitas y dibujos y esta no fue la excepción, recuerdo levantarme sola en casa con una resaca de la hostia y ver la primera nota: "Así como la tormenta cede paso al sol, también esta resaca pasará. Tómate algo. Te quiero mucho Kiki". Y esto junto a mi desayuno, porque Violeta todos los días me preparaba el desayuno en casa, tuviera prisa o no.
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De Mentiras
FanfictionEn un mundo donde las apariencias lo son todo, Chiara se encuentra atrapada en una red de mentiras que amenaza con desmoronarse en cualquier momento. Chiara se ve obligada a ocultar sus sentimientos, a mentir a sus amigos y a sí misma para mantener...