Budd1e 0ne Sh0ts

Descontaminame, dulce ángel.

                dispatchbuckley

Resumen:
Evan Buckley sufre migraña en el trabajo y es muy Evan Buckley al respecto. Eddie Diaz se entera y es muy Eddie Diaz al respecto.

Esto está dedicado a cualquier persona en la tierra que alguna vez haya experimentado una migraña. Eres el soldado más fuerte de Dios.

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Comienza sutilmente, como siempre. Buck no es estúpido. Él conoce las señales. Comienza con una vacilación en los rincones de su visión. No obstaculiza demasiado su campo de visión, pero sí lo suficiente en los bordes para que pueda tomar nota.

Al principio intenta ignorarlo, frotándose los ojos, tratando de convencerse de que puede beber suficiente agua ahora mismo y evitar que empeore. Es una esperanza ingenua. Una vez que ha comenzado, sólo tiene que dejar que siga su curso. Buck no tiene mucho que hacer además de tomar preventivamente un poco de ibuprofeno y esperar con temor. 

Hay momentos en los que es mejor, cuando el aura pulsante disminuye durante unos minutos y Buck piensa que tal vez, sólo tal vez esta vez logró evitar la migraña lo suficientemente temprano como para que no empeore. Pero siempre regresa, apareciendo más y más en su vista cada vez.

Buck hace todo lo posible en las llamadas para evitar tareas que le impliquen tratar activamente a un paciente. No está seguro de poder ver lo que hay frente a él. Se ofrece a ayudar a entregar cosas a Hen y Chim, desenredar la manguera con Eddie, ayudar a Bobby a apuntar y organizar los esfuerzos de rescate. Intenta no acercarse a practicar ninguna medicina a nadie, sería irresponsable. Pero lo que más le preocupa a Buck es no alertar a nadie sobre su propia condición. Específicamente Eddie.

En el momento en que Eddie se dé cuenta de lo que está pasando, querrá enviar a Buck a casa. De hecho, el propio Eddie querrá llevarse a Buck a casa. El alboroto y la preocupación estresan a Buck. Le hace sentir como una carga. Como una tarea que Eddie se siente obligado a realizar antes de poder volver al trabajo, volver a donde realmente quiere estar.

Buck decide que nadie puede saberlo. Preferiría sentirse incómodo aquí en la estación rodeado de su familia, haciendo lo que ama, que acurrucado en el piso del baño de su loft.

Su loft está rancio y solitario. No es más que una colección de recuerdos dolorosos. Las altas horas de la noche después de los gritos que escucha en una llamada lo mantienen despierto con un sudor frío. Regodeándose en los recuerdos de los dedos de Christopher deslizándose de los suyos, agua, agua corriendo, agua implacable, ondulante, burlona, ​​preguntándose si Eddie volvería a hablarle alguna vez después de que Buck casi pierde a su hijo.

Buck no tiene recuerdos del loft después del tiroteo. Se quedó acumulando polvo, congelado en el tiempo, mientras Buck se quedaba en casa de Eddie para cuidar a Chris. No podía soportar estar allí, estaba demasiado tranquilo. Buck logró convencer a Maddie de que necesitaba ayuda para llevar la compra la primera vez que regresó al loft, solo para no estar solo cuando abrió la puerta y cruzó el umbral.

Horas y horas de recuperación inquieta, sin sentirme nunca del todo tranquilo o seguro después del impacto del rayo. Miedo al cruzar la puerta de seguir atrapado allí , en esa falsa realidad, ese mundo mentiroso que pretendía darle lo que siempre ha querido. Insomnio. El único momento en el que realmente podía dormir era cuando estaba seguro de que Eddie estaría allí para cuidarlo.

Buck daría cualquier cosa por proteger el secreto de su migraña, por quedarse aquí. Sólo necesita pasar la etapa del aura y estará bien. Así que se traga las náuseas que aparecen, las ondas que recorren su cuerpo cuando el motor gira demasiado rápido. Buck intenta cerrar los ojos, inclinando la cabeza hacia atrás para respirar por la nariz. Jura que puede sentir cada piedra y guijarro que aplastan los neumáticos mientras conducen. La bocina tampoco ayuda. También hace un calor increíble, piensa. ¿Tal vez? ¿Está sudando? Está bastante seguro de que está sudando.