"Uhm. Hola. Mi nombre es Nishimura Ni-ki.
Realmente no sé cómo decir esto, pero tengo a tus hijos conmigo, y estaba pensando que tal vez te gustaría tenerlos de regreso. Así que, seh...llámame."
O dónde un Ni-ki omega secuestra por accidente a los c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
|Sunghoon|
Cuando aparco en casa de Ni-ki a la mañana siguiente, él y su hermano están parados en el patio de adelante con sus brazos cruzados mientras tienen su atención pegada en la casa que está cruzando la calle. Yeonjun y Eunchae entran por su cuenta, así que camino y me paro junto a Ni-ki.
- ¿Qué estamos mirando?
Las palabras apenas han salido de mi boca cuando Soyeon sale de su casa con sus sábanas en la mano. Las arroja furiosamente en un bote de basura y les prende fuego antes de gritar y regresar adentro.
- Ha estado con eso toda la mañana. - dice Ni-ki. - Aparentemente no sabe cómo usar una lavadora, porque eso quita el polvo pica-pica.
- ¿Cómo que eso hace que se antojen unos dangos, no? - dice Maki. - Iré por unos. - Se da la vuelta y entra.
Soyeon sale de nuevo con el brazo lleno de ropa. Grita de nuevo y los arroja al cesto, haciendo que las flamas se hagan más altas.
- ¿Quiero saber? - pregunto.
- Idea de Maki. Soyeon nos echó a la policía, así que entramos a su casa y rociamos sus cosas con polvos pica-pica - explica Ni-ki despreocupadamente.
Asiento. Sabía que tenía que ser algo como eso. Es aterrador cómo las cosas que él hace empiezan a tener sentido para mí.
- Mamá accedió a cuidar a los niños esta noche. Ella y papá quieren llevarlos al Chuck E. Cheese's. -
- Mierda. - esa no es la reacción que estaba esperando. Ni-ki se gira rápidamente hacia mí. - Viene para acá.
Eso me hace sentir un poquito mejor.
- ¡Esto es un ultraje! - grita Soyeon mientras se acerca. Su cara tiene tres tonalidades de rojo.
- Lo sé. - contesta Ni-ki, sonando completamente escandalizado. - ¡No puedo creer que hayas besado a mi hermanito omega!
Maki escoge ese momento para aparecer con una bolsa de dangos y un gancho para la ropa.
- Hey, Labios Candentes.
- Yo... él... - balbucea Soyeon. Entonces grita otra vez y se regresa a su casa.
Ni-ki suspira.
- Amo este vecindario.
No puedo evitarlo, pero miro boquiabierto a Maki.
- ¿Besaste a Soyeon?
Se encoge de hombros.
- Tienes que hacer lo que tienes que hacer. Y no planeo hacer repeticiones instantáneas tampoco. No importa lo que ella diga, yo creo que se corrió. - Maki se estremece ante la idea.
- Más te vale no volverte un omega rarito. De otra manera, habrá un montón de alfas enojados en este pueblo. - advierte Ni-ki.
- No puedo creer que dejo a mis niños con ustedes, gente - los molesto. - Mamá vendrá a recogerlos a las cuatro. Yo vendré por ti a las cinco.
