1. Ayer

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Se supone que el hielo es buen aliado en estos casos, pero luego de estar colocándole por horas en su cara, parece que no podrá hacer mucho por disimular ese golpe.

¡Demonios!

No es que se considere guapo ni nada por el estilo, pero ahora si parece un vago busca pleitos... si sale a la calle en estas condiciones seguro que la policía lo arresta sin investigaciones previas.

Mientras ve su rostro en el espejo del baño, recuerda que hacía tiempo que no peleaba de esta manera, desde que era un adolescente rebelde y enfrentó a un fulano en preparatoria.

¡Ja! Qué tiempos. Esas peleas por mera diversión eran lo mejor. Pero cuando su padre "desapareció" su primer guitarra eléctrica y limitó su mesada, supo que era mejor mantener un buen comportamiento.

Recostado en el sofá una vez más, a sabiendas que el nuevo día no aclara aún, cierra por un instante sus ojos... No importa si se queda dormido pues afortunadamente es domingo y no debe levantarse temprano a trabajar.

Pero es imposible conciliar el sueño. Los golpes duelen en mayor o menor medida, lo cual le dificulta encontrar una posición cómoda.

O quizá sólo intenta engañarse a si mismo... Pues lo que le impide cerrar sus ojos y dejarse arrastrar al mundo de Morfeo, es el hecho de que, cada que cierra sus ojos, jura que puede verla frente a él.

Suspira, recordando ese tierno rostro lleno de preocupación. Es... extraño que esté pensando tanto en ella, pero supone es por lo acontecido.

No hay nada raro en eso... Por supuesto que no lo hay.

Suspira de nuevo, un tanto frustrado, intentando convencerse que todo es por lo inesperado de los acontecimientos ocurridos... Además, alguien como ella, después de verle sangrar de tal manera, claro que se asustaría y se acercaría a él, con todo el deseo de ayudar, viéndole fijamente con esos grandes y hermosos ojos cafés inundados de preocupación.

Han pasado los años, y se parece tanto pero es tan diferente a la vez...

No imaginó que volvería a verla justo allí, ni bajo esas circunstancias.

Al menos pudo hacer algo bueno por ella.

Busca entre sus ropas su teléfono móvil y enciende la pantalla para ver la hora... Claro que hizo algo bueno por ella, de lo contrario las cosas no se habrían encaminado de esa manera.

Y ahora se enfoca a pensar en esos momentos antes de la tragedia. Cuando por azares del destino, sus caminos se volvieron a cruzar en aquél evento.

Es complicado, y espera que si les fotografiaron, que seguramente lo hicieron, no llegue a ser un problema. Realmente es un mal momento en ciertos aspectos de su vida... Lo sabe al ver esas llamadas perdidas y mensajes sin leer, que tampoco le apetece prestarles atención ahora.

Ella lo saludó educada y amablemente, como cualquier muchacha en su situación lo haría. Sin embargo había algo en esa mirada, una mirada que... ¡Demonios!

Frota su cara, gruñendo al instante. Nuevamente se lastimó por estar distraído. En un intento por conservar la calma, enciende otra vez la pantalla de su móvil para consultar la hora.

Recuerda entonces aquella despedida, su mirada enamorada... Puede jurar que ahora es igual. ¿Será realmente posible?

No, no es posible, debe estar alucinando.

¿Por qué está pensando tanto en esto? Debería dormir.

Además... ¿Qué maldita hora es?

Enciende nuevamente la pantalla del móvil, pero de nueva cuenta ignora la hora allí marcada.

Se incorpora, enfocando su mirada a la puerta de su habitación. Es entonces que perdido en sus pensamientos, su mente se traslada al pasado, diez años atrás, cuando tenía 25 años y era más imbécil que ahora.

-¡CARAJO!- maldice a mitad de la noche, con un grito que seguro despertó incluso a los vecinos.

Por saberse imbécil desde siempre, con su mano intentó frotar su rostro una vez más, de hecho lo hizo y eso agudizó el dolor en su cara.

Seguro que en estos momentos si parece un delincuente, de esos que su padre argumentaba erradamente, quería ser.

Ojalá lo hubiera sido, así habría dejado en peor situación a aquél hijo de... Pues al menos ileso tampoco se fue, y no es por alardear pero seguro él si se fue directo al hospital y además necesitará una máscara para poder presentarse públicamente en cualquier lugar, por los próximos días o semanas.

¿Qué le preocupa al mal nacido? Con sus millones seguro paga un cirujano y en un mes lucirá igual.

¿Qué hora es?

Enfoca su mirada en su móvil, pero esta vez no intenta siquiera tocarlo... Es de madrugada, y es el mejor momento para servirse un trago y recordar un poco a su yo del pasado, ese tonto de 25 años que era más imbécil que su yo actual.

Agua SaladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora