Rebelion De Aula

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Capítulo 55: El Rey de la Corrupción

La atmósfera en el búnker clandestino era electrizante. Las voces de los espectadores se mezclaban con el eco de los golpes y el olor a sudor y sangre impregnaba el aire. Alex y Yuri se enfrentaban a Asta, el Rey de la Corrupción, en una batalla que parecía no tener fin.

Asta, con su inmensa fuerza, levantó a Alex como si no pesara nada. Pero en ese instante, Yuri lanzó un poderoso puñetazo que impactó en el costado de Asta. El golpe apenas movió a Asta, quien rápidamente dio una voltereta y le propinó una patada a Yuri, dejándolo inconsciente en el suelo.

Alex se dio cuenta de que este rey era el más fuerte de todos los que había enfrentado hasta ahora. Asta se preparaba para atacar de nuevo, pero un grito desgarrador resonó en la arena. Era Yuri, con los labios y ojos decaídos, emanando un aura intensa. Su mente había llegado al límite y había activado una fuerza oculta dentro de él.

Asta sonrió ante la provocación de Yuri, pero antes de que pudiera moverse, se escuchó un golpe ensordecedor. Alex, en su modo UI, tenía los ojos completamente negros, una señal de que había alcanzado un nuevo nivel de poder. Asta se dio cuenta de que tendría problemas y activó su modo de concentración.

En un instante, Yuri se lanzó hacia Asta, golpeándolo con una serie de puñetazos de boxeo. Asta retrocedió, sorprendido por la intensidad de los ataques. Alex apareció encima de Asta y le dio una patada de hacha que lo tumbó al suelo. Asta, sin embargo, comenzó a reír, disfrutando de la batalla.

Asta contraatacó, levantándose rápidamente y tomando a Alex para lanzarlo, pero Yuri lo atrapó en el aire, salvándolo del impacto. En ese momento, Alex y Yuri coordinaron sus movimientos. Alex agarró a Asta, inmovilizándolo, mientras Yuri lo golpeaba repetidamente con una fuerza descomunal. Asta aguantó todos los golpes y, con una sonrisa burlona, dijo:

—Vaya, Alex. Tu padre era más fuerte.

La mención de su padre hizo que los ojos de Alex comenzaran a sangrar, la furia y el dolor alimentando su poder. Asta aprovechó el momento, agarrando a Yuri y tumbándolo con un golpe brutal. Yuri no pudo levantarse debido al cansancio extremo.

La batalla llegaba a su punto culminante. Alex, con una mirada decidida y sus ojos sangrando, se preparó para el enfrentamiento final contra Asta. Ambos guerreros se observaron por un instante que pareció eterno, y luego se lanzaron el uno contra el otro con toda su fuerza y determinación.

El campo de batalla era un caos, los espectadores contenían la respiración, sabiendo que estaban presenciando un combate que decidiría mucho más que el destino de estos luchadores.

...

Capítulo 56: La Alianza Inesperada

El búnker clandestino resonaba con el sonido metálico de los golpes que Alex y Asta intercambiaban. Cada impacto era como el choque de hierros, resonando en los oídos de los espectadores que observaban atónitos la brutalidad de la pelea. Ambos luchadores estaban al borde del agotamiento, pero su determinación los mantenía en pie.

En un momento crucial, Asta lanzó un poderoso puñetazo hacia Alex. Con una agilidad sorprendente, Alex se subió al brazo de Asta y le dio un rodillazo devastador en la cara. Asta, tambaleándose, logró agarrar a Alex y lo estampó contra el suelo con una fuerza increíble, luego lo levantó y lo lanzó como si fuera un juguete, rematándolo con una patada que envió a Alex volando.

La pelea había alcanzado un nivel sobrehumano. Ambos guerreros, agotados, continuaron intercambiando golpes con una ferocidad que pocos podían igualar. Tras dos horas de combate sin tregua, finalmente, ambos cayeron al suelo, exhaustos y jadeando.

Asta, respirando pesadamente, miró a Alex con una mezcla de respeto y agotamiento. Reconoció la fuerza y la tenacidad de su oponente.

—Reconozco tu fuerza, Alex —dijo Asta con una voz ronca y entrecortada—. Necesito tu ayuda. El Rey de la Corrupción irá contigo a luchar contra la jerarquía.

Alex, también luchando por recuperar el aliento, asintió. Antes de que pudieran sellar su alianza, Asta inició una conversación que cambiaría el curso de la misión de Alex.

—¿Sabes por qué tu padre ya no está aquí? —preguntó Asta, sus ojos fijos en los de Alex.

—Un accidente de tráfico —respondió Alex, la confusión y el dolor reflejándose en su mirada.

Asta negó con la cabeza, una expresión de tristeza cruzando su rostro.

—Ese accidente fue provocado por el líder de la jerarquía. Charles Choi.

El impacto de esas palabras cayó sobre Alex como una tonelada de ladrillos. La ira y la sed de venganza se encendieron en sus ojos.

—Juro venganza —dijo Alex con una voz fría y decidida—. Mataré a Charles Choi.

Asta asintió, comprendiendo la intensidad de los sentimientos de Alex. Sabía que la batalla que se avecinaba sería más que una simple lucha de poder; sería una lucha personal para Alex.

...


Capítulo 57: La Muerte del Padre de Alex

El pasado se desvela en sombras y recuerdos dolorosos. La historia de la muerte del padre de Alex comienza a surgir, revelando la verdad detrás de aquel fatídico día.

Era una noche lluviosa, las calles resbaladizas y el aire frío. El padre de Alex, un hombre fuerte y decidido, conducía su coche por una carretera oscura. Sabía que estaba siendo vigilado, que su vida y la de su familia estaban en peligro. Había descubierto algo que no debía, un secreto oscuro que involucraba a Charles Choi y la jerarquía.

Aquella noche, mientras manejaba, notó luces brillantes en el espejo retrovisor. Un coche negro se acercaba rápidamente, sus intenciones eran claras. Sabía que debía actuar rápido. Pisó el acelerador, intentando evadir al coche que lo perseguía, pero el otro conductor era hábil, implacable.

El coche negro embistió el vehículo del padre de Alex, forzándolo a salirse de la carretera. El coche se deslizó fuera del asfalto, chocando contra un árbol con un estruendo ensordecedor. El impacto fue brutal. El coche quedó destrozado, el cuerpo del padre de Alex atrapado entre los restos metálicos.

Con esfuerzo, el padre de Alex logró sacar su teléfono. Sangraba profusamente, cada respiración era una agonía. Sabía que no tenía mucho tiempo. Marcó un número, esperando escuchar la voz de su hijo por última vez.

—Alex... —dijo con voz entrecortada cuando su hijo contestó—. Te amo. Recuerda siempre ser fuerte.

Alex, en la otra línea, sintió cómo el mundo se desmoronaba. Intentó hablar, pero la llamada se cortó abruptamente. La desesperación y el miedo llenaron su corazón.

De vuelta en la carretera, el padre de Alex escuchó pasos acercándose. Un hombre salió del coche negro, caminando lentamente hacia él. Era Charles Choi, con una sonrisa fría y calculadora en su rostro.

—Nunca debiste meterte en nuestros asuntos —dijo Charles, mirándolo con desprecio—. Esto es lo que pasa cuando no sabes mantener la boca cerrada.

El padre de Alex intentó hablar, pero su fuerza lo abandonó. Charles se inclinó hacia él, observando cómo la vida se desvanecía de sus ojos.

—Tu hijo será el siguiente si decide seguir tus pasos —susurró Charles antes de levantarse y regresar a su coche.

El coche negro se alejó en la noche, dejando atrás la escena de un crimen perfecto. La lluvia continuaba cayendo, lavando la sangre y el dolor, pero no podía borrar el odio y el deseo de venganza que esa noche había sembrado en el corazón de Alex.

Esa fue la noche en que el padre de Alex murió, no por un accidente, sino por un acto calculado y despiadado. Una verdad que ahora impulsaba a Alex a buscar justicia y venganza contra aquellos que le habían arrebatado a su padre

REBELION DE AULA(FINALIZADA)Where stories live. Discover now