Sigo de pie.

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Luz blanca...

¿Esto es el cielo?

¿Qué hago aquí?

¿Y mis hijos, dónde están?

LEO, ADRIÁN!!!

Nadie me escucha.

¿Estoy muerto?

No Antonio, no lo estás.

Pero tú no tienes nada que hacer aquí, yo no te he solicitado por el momento, aún no te toca.

¿Quién eres tú?

Soy aquel hombre por el que todo el mundo aclama por él y se arrodilla para pedir un deseo.

¿Dios?

¿Eres real?

Sí, aunque muchos niegan de mi existencia.

Eso te incluye, Antonio. He estado viendo a tu familia en este corto tiempo, acabas de llegar -Dice aquella luz radiante mientras yo seguía tratando de analizar este nuevo lugar.- Estás en el cielo, done las almas más puras y bondadosas que han obrado el bien a lo largo de su vida.

Sé que piensas que estás alucinando, pero no, esto es real.

En estos momentos toda tu familia y amigos están velando por tu bienestar, tu salud es muy preocupante.

...

¿Mi familia?

¿Amigos?

Te dejaré en estos momentos, míralo por ti mismo, enseguida regreso.

Y sí, era verdad.

Mi familia y amigos que creía perdido estaban ahí reunidos, veía cómo cada uno de ellos se reunían y hacían bastantes cadenas de oraciones. Mientras yo estaba postrado en una cama deseando poder despertar.

Diciembre fue un mes muy desgarrador para todos.

Enero.

Nadie celebró año nuevo, la vibra no era la misma de antes.

¿Dios, estás aquí?

Claro que sí. ¿Qué necesitas?

Regresar a la Tierra.

Quiero volver a estar con mi familia, mis hijos me extrañan y yo los extraño, odio ver a mi hijo mayor llorar y tratando de calmar al más pequeño que solo quiere saber dónde está su Papá, no aguanto más estar aquí viendo como la vida de todos mis seres queridos se desmorona en cuestión de segundos.

¿Eso es lo que quieres?

Sí, eso es todo lo que quiero.

Bien, pero a cambio de eso, tendrás que pagar un precio muy grande debido a tu imprudencia al subirte a esa moto sabiendo que tu sobrino ni llevarte quería por lo cansado que estaba.

Acepto el trato, pero déjame volver.

Hecho.

...

Febrero.

Su deseo ha sido cumplido, ahora tiene una deuda que pagar.

Tendrá que volver a aprender a caminar, desde cero.

Pues el accidente fue muy grave, literalmente salió volando por los aires debido que la moto se enredó con la tela de su pantaloneta, perdió bastante sangre y bastantes huesos en la pelvis que aún está siendo reconstruida.

La historia de Antonio es solo un pequeño recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, la determinación  y la valentía pueden iluminar el camino. Cada obstáculo superado, cada batalla librada, nos enseña que la vida, a pesar de sus pruebas, siempre ofrece la posibilidad de renacer y florecer.

Diario De Mi Adolescencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora