Querido tú:
Me he equivocado. Tal vez no es hora de dejar mi máscara. Tenía pensado decirte quien soy, pero me he dado la vuelta a tiempo. ¿Para qué? Tu seguirás como estás y yo también. ¿Qué sentido tiene? La máscara me da seguridad. Una seguridad finita, pero seguridad al fin y al cabo. Creo que esta va a ser la última carta. Creo que es lo mejor. Me olvidarás pronto, lo sé. Y si no es así, al menos soy yo misma en el recuerdo de alguien. Me volveré al anonimato.
Con cariño
Luna.