¿Irresponsable?

CAPÍTULO 2

Voy a salir del coche de un salto para ir a casa a recoger mis cosas justo cuando Dániel habla.

-No hace falta que vayas ahora si no quieres-dice él cabizbajo-. Si te trae muchos recuerdos o algo... podemos volver en otro momento, incluso otro día si lo ves necesario.

-¿Recuerdos de que?

-De... ya sabes...-dice en a penas un susurro-tu madre y eso... como se ha ido...

-¿Mi madre se ha ido?-digo con una sonrisa en los labios e intentando no soltar una carcajada-No lo sabía. Pero, bueno no importa, se va muy a menudo. Llevo años esperando que no vuela, pero siempre regresa. Hey, tranquilo, a diferencia de ella yo te aseguro que en menos de veinte minutos estoy aquí, ¿de acuerdo?-sonreímos y asiente-Hasta ahora.

Salto del coche y me preparo para aterrizar en un charco que me mancha los vaqueros y las botas. Corro hacia mi casa y cojo la llave que tenemos bajo una maceta vacía. Al entrar en casa me doy cuenta de que mi madre no está, no está. Soy totalmente consciente ello, no ha dejado ni una maldita nota, ¿será porque no va a volver? Ya podría no volver. Dios Diana cállate y corre. Voy a subir corriendo cuando veo un mechón de pelo negro y rizado en la entrada. Tardo unos segundos en darme cuenta de que es demasiado largo para ser de Enol. Es de mi madre. Algo me recorre el estómago, ¿culpabilidad? No. A lo mejor solo se cortó el pelo esta mañana y no barrió bien los restos del suelo. Me olvido de el pelo y corro escaleras arriba para ir a por mis cosas. Entro en mi cuarto y todo está como lo he dejado esta mañana. Cojo una maleta de debajo de mi cama y empiezo a meter ropa. Cuando estoy metiendo la última prenda en la maleta me doy cuenta de que me falta algo. Miro mi cama y me doy cuenta de lo que es. Mi muñeco. La única prueba de que tengo padre. Y hay está, donde lleva desde que tengo recuerdos. Lo cojo con toda la delicadeza que puedo y lo guardo con mucho cuidado. Saco una mochila de debajo de la cama y meto todos mis libros y todas las cosas que utilizo para dibujar. Cuando me pongo la mochila en el hombro siento un pinchazo y acto seguido cojo la otra mochila y corro hasta la entrada lo más rápido que puedo. Justo antes de abrir la puerta veo el mechón de pelo y... Dios Diana, cógelo quédatelo de recuerdo, lo que quieras, pero hazlo rápido. Cojo una goma del pelo y me guardo el mechón de pelo en el bolsillo "escondido" de la chaqueta y corro.

Me subo al coche de un salto y le ordeno a Dániel que arranque. No hago caso a sus preguntas, solo pienso en lo que ha pasado y quién ha sido. No se me ocurre nada. Me paso los diez minutos del viaje intentando descubrir algo, el más mínimo detalle que me permita descubrir algo; lo que sea.

Nos paramos frente a un edificio y Dániel me indica que me baje del coche. Ha llovido más y los charcos mas profundos me cubren el pie.

-Mierda-masculla Dániel. Al ver como le miro añade.-Las llaves, no las tengo.

-Genial, ¿y qué piensas ha...-mete la mano por un agujero de la puerta del portal y abre-. Oh.

Subimos hasta el séptimo piso prácticamente corriendo. Cuando estamos en el rellano y Dániel se dispone a abrir la puerta se me cae un mechón de pelo. El mechón de pelo de mi cama. Lo recojo en menos de cinco segundos, pero a Dániel le ha dado tiempo a verlo. Me guía hasta una habitación y poso mi mochila en el interior del cuarto. Me quito la chaqueta y las botas y me pongo unas zapatillas. Me cuesta encontrar algo que no sean playeros en la bolsa. Cuando ya estoy cómoda me siento en el borde de la cama y cojo los mechones de pelo de la chaqueta que tiré al suelo hace un par de minutos. Los estoy examinando cuando Dániel pica a la puerta y yo le indico que pase. Se sienta a mi lado y me mira muy serio.

-Vienes a que te de las gracias por lo de antes, ¿no?-digo antes de que a él le de tiempo a abril la boca- Te aseguro que estoy muy agradecida por lo que has hecho lo que pasa es que no me apetecía hablar, lo siento.